El viaje de funcionarios del Ministerio de Economía a Estados Unidos para cerrar la renegociación del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) sufrió nuevas postergaciones y ninguna de las partes confirma el inicio de encuentros presenciales que significaría una inminente firma.
El viernes pasado, cuando Argentina pagó U$S 2.700 millones, el Palacio de Hacienda comunicó que esta semana una misión llegaría a Washington en busca de la redacción final del memorándum.
El FMI también emitió un comunicado ratificando el pago, pero no hizo alusión a posibles reuniones en la capital estadounidense.
El feriado de este martes 4 de julio por el Día de la Independencia en Estados Unidos supuso una demora lógica en el embarque de los funcionarios argentinos, pero con el correr de las horas continúa sin confirmarse en qué momento lo harán.
En consecuencia, cada día que pasa la situación es más apremiante porque mientras se extienden las negociaciones continúan operando vencimientos que deben afrontarse con los escasísimos recursos disponibles.
Este martes el Gobierno les pagó a bonistas privados unos U$S 1.000 y lo que debiera ser cumplimiento normal por parte del Estado argentino mereció ser destacado por el secretario Finanzas, Eduardo Setti.
“Conforme el cronograma habitual, estaremos realizando el pago de cupones de los títulos denominados y pagaderos en moneda extranjera”, señaló el funcionario en su cuenta de Twitter.
Setti subrayó que “de esta forma, reafirmamos una vez más nuestro compromiso con el pago de las obligaciones de la deuda pública y la gestión de una estrategia financiera que permite dar tranquilidad y certidumbre a los mercados”.
Los pagos corresponden a cupones de títulos que participaron de la última reestructuración de deuda, realizada en 2020 por el entonces ministro de Economía, Martín Guzmán.
La continua sangría de reservas y los últimos pagos realizados hundieron las reservas totales del Banco Central por debajo de los U$S 28.000 millones, pero las netas son negativas en más de U$S 5.000 millones. En la jornada de este martes, el Central cedió otros U$S 47 millones.
De allí que Setti salió a marcar la cancha y despejar dudas sobre los pagos en dólares que debe realizar el Estado argentino.
El próximo lunes los bonistas deberán tener acreditados en sus cuentas nuevos pagos de intereses por U$S 1.022 millones.
Al respecto, el economista, Salvador Vitelli conjeturó que una posibilidad es que se utilicen yuanes, pero advirtió que para eso habrá que esperar una autorización del Banco Popular de China para realizar la conversión y así poder hacer los giros, ya que la moneda de pago es el dólar.
A este cúmulo de obligaciones se agrega que el viernes opera un vencimiento de capital con el FMI por U$S 1.294 millones, el primero de los tres que se deben realizar en julio (U$S 647 millones el viernes 14 y U$S 680 millones el 28 de julio).
No obstante, cabe aclarar con relación a estos pagos al FMI que puede repetirse la situación de junio, con una postergación de todos los vencimientos hacia el final del mes a la espera del cierre del acuerdo y los desembolsos.
A la fecha, el FMI tiene pisado los U$S 4.200 millones que debían enviarse a principios de junio cuyo envío no se realizó por no estar aprobada la quinta revisión. El próximo giro por U$S 3.500 está pautado para mediados de septiembre.
Por tanto, se trabaja en un acuerdo puente con un desembolso por U$S 7.800 millones y pautas a cumplir al 31 de diciembre eliminando las revisiones trimestrales.
Ante una consulta de este medio el economista, Pedro Siaba Serrate, precisó que las reservas netas son negativas en U$S 5.007 millones y subrayó que “no solo representa un mínimo de la administración de Alberto Fernández, sino también que iguala el piso heredado por Mauricio Macri de Cristina Kirchner en diciembre 2015″.
“Los pagos de los cupones seguramente profundicen esta dinámica, y, por lo tanto, las negociaciones con el FMI para adelantar desembolsos cobran bastante relevancia”, agregó.
Para Siaba Serrrate “adelantar desembolsos dista de una solución real, si no es una forma sencilla de mitigar el problema por un par de meses” y consideró que “la demora de la llegada de un acuerdo sugiere que la negociación está más complicada que lo esperado”.
El economista insistió en que “el eje de la cuestión es que por un lado el FMI debería mirar “para otro lado” en lo que respecta a las metas incumplidas del programa, mientras que Argentina no tiene mucho para ofrecer, ni en términos fiscales, ni de devaluación”.
En este escenario también se aguarda por la conferencia de prensa que este jueves debiera ofrecer el FMI, luego de tres semanas en las que no abrió el habitual intercambio con los periodistas.