La expulsión de los diputados Luis Picat (Córdoba), Mariano Campero (Tucumán) y Martín Arjol (Misiones) de la UCR por haber ayudado a sostener los dos vetos del presidente Javier Milei profundizó aún más la interna partidaria de cara a un año electoral difícil para el radicalismo, que expone más del 70% de su representación en la Cámara de Diputados, donde ya se encuentra fragmentado.
Picat, Campero y Arjol fueron removidos del partido por decisión del Tribunal de Ética y responsabilizaron directamente al titular del Comité Nacional, Martín Lousteau. El jefe del bloque UCR, el cordobés Rodrigo De Loredo, y el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, se subieron a las críticas al senador, que hasta el momento se llamó a silencio. “No fue él quien decidió”, se excusan en su entorno.
Lousteau es señalado por un supuesto acercamiento al kirchnerismo y por aplicar una “doble vara”, ya que tanto el senador como los diputados de la línea interna de Facundo Manes supieron votar de manera diferenciada y no fueron sancionados por ello. Los detractores de Lousteau lo acusan de pregonar un partido “chico”, “cerrado” e “intolerante”, entre otros calificativos.
Los diputados afectados, que continuarán dentro del bloque de De Loredo, ya anunciaron que apelarán la expulsión. La decisión final recaerá en la Convención Nacional, que es el máximo órgano político de la UCR y está integrado por más de 300 convencionales de todo el país. La Convención es presidida por Gastón Manes, hermano de Facundo (es decir, la facción opositora a Milei).
Uno de los integrantes del tribunal que votó por la remoción de los radicales, Juan Pedro Tunessi, confirmó a este medio que la Convención se reunirá probablemente en marzo para definir la estrategia de alianzas y considerar la expulsión de los diputados. La última cumbre fue en junio de 2023 para discutir, en aquel entonces, la ampliación de Juntos por el Cambio.
La expulsión de los radicales fue la gota que rebalsó el vaso tras un año de crisis en el bloque radical. Tras varias votaciones divididas y diferencias constantes sobre el nivel de apoyo de Milei, Lousteau y Manes rompieron la bancada en octubre, luego de que Picat, Campero, Arjol y otros dos diputados se fotografiaran con el presidente en Casa Rosada y apoyaran los vetos a las leyes de movilidad jubilatoria y presupuesto universitario.
En el Senado hay un solo bloque de 13, donde es mayor la proporción de radicales que colaboran con Milei. Solo Lousteau y su par fueguino Pablo Blanco se mueven como opositores. El presidente del Comité Nacional fue el único radical que votó en contra de la Ley Bases del presidente, y además elaboró una propuesta propia. En 2025 se juega su banca por la Ciudad de Buenos Aires.
En las próximas elecciones, la UCR se juega mucho en Diputados. El bloque de De Loredo expone 14 de sus 20 bancas (el cordobés es uno de los que vence mandato). Democracia para Siempre, donde están congregados los radicales díscolos, renueva 9 de 12. Y también termina mandato el santafesino Mario Barletta, que formó un monobloque. En total, se ponen en juego nada menos que 24 escaños sobre 33.
Picat y Campero tienen mandato hasta 2027, por lo que no les urge un acuerdo formal con La Libertad Avanza. Distinto es el caso de Arjol, que renueva en 2025. Actualmente es el único radical por la provincia de Misiones, donde se da una situación particular: el partido gobernante, el Frente Renovador de la Concordia, explora una alianza con los libertarios.
Mientras tanto, siguen los cruces a cielo abierto por la expulsión de los radicales. “¿Vas a echar a todos los que no son golpistas?”, se defendió Campero, y siguió: “Hoy nos quiere expulsar el papá de la 125; el que cuando tuvo lapicera (la única vez que la tuvo) casi funde al sector más productivo de este país; el que levantó la mano para subirse el sueldo. El linchamiento te va a durar poco. El radicalismo kirchnerista va a durar poco”.
En tanto, uno de los diputados que se alejó de De Loredo, el exjuez formoseño Fernando Carbajal, arremetió contra el cordobés: “Hay un bloque dividido porque vos vendiste la UCR a cambio de cargos en el Poder Ejecutivo y te hiciste libertario. Y como lo demuestran Kueider, Petri y Bullrich, nadie se hace oficialista gratis. Reciben dólares o cargos. ¡Vamos a recuperar la UCR!”.