Unas vacaciones que prometían momentos de descanso y disfrute se convirtieron en una pesadilla para una familia brasileña. Bianca, una niña de 11 años con diagnóstico de trastorno del espectro autista (TEA), murió tras caer desde un acantilado sin protección en el emblemático Cañón Fortaleza, ubicado en el Parque Nacional de la Serra Geral, en Cambará do Sul, estado de Rio Grande do Sul.
El trágico accidente ocurrió el jueves cerca de las 13:30. La familia se encontraba almorzando en un banco junto al mirador cuando, repentinamente, la menor se levantó y corrió hacia el borde. Su padre intentó detenerla, pero no logró alcanzarla antes de que cayera al vacío, desde una altura de aproximadamente 70 metros.
Intensa búsqueda y doloroso desenlace
A partir del momento de la caída, se desplegó un amplio operativo de rescate encabezado por el Cuerpo de Bomberos de Rio Grande do Sul, junto al Batallón de Búsqueda y Salvamento de Porto Alegre y la Brigada Militar, que sumó helicópteros y drones con cámaras térmicas.

Fue uno de estos dispositivos el que logró localizar a Bianca a las 17:30, en un área de difícil acceso. Las condiciones climáticas y el terreno accidentado complicaron las tareas de rescate. Los equipos debieron descender mediante cuerdas y técnicas de rapel. Lamentablemente, cuando lograron llegar al lugar, cerca de las 23:00, la niña ya había fallecido.
Consternación nacional y pedido de medidas
El trágico hecho provocó una profunda conmoción en Brasil. El gobernador de Rio Grande do Sul, Eduardo Leite, expresó en redes sociales: “Quiero dejar un abrazo y toda mi solidaridad a la familia que siente una pérdida irreparable”.
Por su parte, el Cuerpo de Bomberos emitió un comunicado oficial en el que ofrecieron “sus más sentidas condolencias” y destacaron su solidaridad con la familia, amigos y comunidad afectada. “Que encuentren en la fe la fuerza para superar el dolor de la ausencia”, concluyeron.