Tras la condena en febrero, este lunes los ocho rugbiers detenidos por el asesinato de Fernando Báez Sosa volvieron a tener un revés por parte de la Justicia. Esta vez, se rechazó su pedido de nulidad basado en supuestas irregularidades en las indagatorias iniciales.
Los acusados, quienes fueron condenados en relación al crimen ocurrido el 18 de enero de 2020 frente al boliche LeBrique en Villa Gesell, buscaban voltear la causa y cuestionaban la veracidad de los registros de sus primeros interrogatorios.
El abogado defensor, Hugo Tomei, argumentó que las actas de las indagatorias habían sido falsificadas, señalando que el poco tiempo dedicado a interrogar a los ocho acusados simultáneamente implicaba una posible manipulación. Por esto inició una denuncia que está a cargo del juez de garantías David Leopoldo Mancinelli y ahora lo recusó, porque dice que puede ser parte de lo que ellos denuncian.
Sin embargo, los camaristas de la Cámara en lo penal de Dolores destacaron que estas alegaciones ya habían sido analizadas y rechazadas por diversos organismos jurisdiccionales, incluyendo el tribunal que llevó a cabo el juicio oral.
Actualmente, los ocho rugbiers continúan detenidos juntos en el penal de Melchor Romero, a la espera de la decisión de la Cámara de Casación Bonaerense sobre la ratificación de las penas. A pesar del rechazo de la recusación del juez de garantías David Leopoldo Mancinelli, la defensa sigue sosteniendo sus denuncias y planteando la posibilidad de investigar delitos de acción pública si se hubiesen confirmado las irregularidades señaladas.
El fallo de la Cámara en lo penal de Dolores desestimó la recusación del juez y rechazó el argumento de la defensa respecto a la supuesta existencia de delito al inicio de la causa, subrayando que dicha cuestión ya había sido debatida y resuelta en instancias previas. Aunque este rechazo no invalida las condenas actuales, podría tener implicaciones en el desarrollo de la causa y en futuras instancias judiciales.
Por qué los rugbiers aún no fueron trasladados
El pasado 6 de febrero se conoció que Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ciro y Luciano Pertossi fueron condenados a prisión perpetua, mientras que Ayrton Viollaz, Blas Cinalli y Lucas Pertossi, como partícipes secundarios, fueron condenados a 15 años de prisión.
Sin embargo, a la espera de qué puede pasar con la vida de los condenados, donde cinco permanecerán de por vida, los rugbiers se mantienen detenidos en las mismas celdas y bajo las mismas reglas que impusieron las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero.
La decisión se debe principalmente al miedo que circula en los pasillos del Servicio Penitenciario de que les puedan hacer algo a los condenados, a sabiendas de las amenazas públicas que se conocieron en diferentes medios de comunicación.
En ese sentido, se especuló con el posible traslado a un penal con una historia macabra como el de Sierra Chica, donde ocurrió el hecho que tuvo como protagonistas a “Los 12 apóstoles”. Sin embargo, también existe la chance de que vayan a Campana para estar más cerca de sus familiares.
Mientras tanto, las familias de los jóvenes condenados no hablan y lo mismo sucede con Hugo Tomei, abogado del grupo, quien continúa sin dar entrevistas. Aunque según informó TN, desde el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) confirmaron que si se emitiera la orden de traslado “a Tomei no lo van a notificar. Sucederá y listo”.