Ulises Leonel Camacho Ulunque, de 19 años, el ladrón que murió por el disparo en el pecho que efectuó un ingeniero al que intentó robarle el auto en San Justo con un arma de juguete, había estado preso por un delito similar, ocurrido hace dos semanas.
Por ese robo, el joven permaneció detenido por dos días. Aunque salió en libertad, la causa continúa abierta. Su abuela había contado a la prensa que “él mismo se entregó”.
Ocurrió el 20 de octubre, luego de llevarse el Renault Logan de uno de los clientes del lavadero de Lomas de Zamora en el que trabajaba.
Tras un llamado al 911, Ulunque fue detenido en la intersección de Camino La Rivera y 9 de Julio, a pocas cuadras del lugar. La UFI Nº 12 de ese Departamento Judicial caratuló el expediente como hurto automotor, debido a que no usó armas ni violencia para robar el vehículo.
Asimismo, tiene un antecedente por un intento de hurto.
En tanto, el ingeniero fue liberado debido a que el fiscal del caso, Gastón Duplaá, considera que actuó en legítima defensa.
Ulises murió a pocos metros de su casa de San Justo cuando, cerca de las 7 de la mañana, en la esquina de las calles Paraguay y Constitución. Ese final se desencadenó cuando amenazó con una réplica de un arma a P.K., un ingeniero electrónico de 54 años, para robarle el auto.
El hombre se bajó del Volkswagen Suran de color gris oscuro y le disparó con una pistola real en el pecho. El joven ladrón cayó al piso, herido. El ingeniero se acercó, lo tocó con el pie, constató que el delincuente estuviera fuera de combate, cerró el auto y se fue a trabajar.
Qué dijo la familia del ladrón que mató el ingeniero de San Justo
Con mucho pesar sus abuelos hablaron con la prensa al enterarse del asesinato de su nieto.
“Debía estar preso, no muerto”, dijo Germán abuelo del joven, que junto a su mujer, lo crió.
“Debió haberle disparado en una pierna, no en el pecho”, se lamentó.
“Reclamamos justicia, porque podría haber llamado a la ambulancia. Una hora estuvo tirado mi hijo”, pidió la abuela de Ulises.