A partir del 2 de enero, Máximo Thomsen, Enzo Comelli, Matías Benicelli, Ayrton Viollaz, Blas Cinalli junto con Luciano, Lucas y Ciro Pertossi enfrentarán el inicio del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa. El hecho cumplirá en el próximo enero tres años del asesinato en la salida del boliche Lebrique, el 18 de enero de 2020.
Los rubgiers tendrán por delante un proceso judicial que se espera que tenga 130 testigos y que durará hasta el próximo 31 de enero de 2023. Se llevará a cabo en el Tribunal en lo Criminal N°1 de Dolores que está ingegrado por los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari.
En ese marco, trascendió que los acusados estarán presentes desde el primer día del juicio en los tribunales de Dolores.
¿Por qué el juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa se hace en plena feria judicial?
El TOC 1 optó por hacer el juicio en enero de 2023, durante la feria de verano, para que no tengan problemas de agenda.
“Este tribunal no posee en el próximo año y parte del siguiente (2023), disponibilidad en su agenda para llevar adelante un debate con la extensión del presente, al menos sin desmedro de los derechos de otras personas -en su mayoría privadas de la libertad- que esperan la realización del juicio en cada caso”, señalaron los jueces.
Y agregaron: “A los fines de no demorar este proceso, ni alterar los restantes de trámite por ante el Tribunal, encontrándose sólo disponibles los meses de enero (por su afectación al servicio de feria judicial) y de acuerdo a los requerimientos de las partes, consideramos ajustado a las necesidades de todos los intervinientes, atendiendo al principio de celeridad en respeto de las garantías procesales antes esgrimidas: a) fijar para la realización de juicio oral y público, veintidós (22) jornadas, que se llevarán a cabo a partir del lunes 2 de enero de 2023, de lunes a viernes”.
Cómo viven los rugbiers en la cárcel
Los ocho rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa se encuentran alojados en el penal de Melchor Romero en las cercanías de La Plata, donde viven apartados del resto de los reclusos producto de las grandes amenazas que sufrieron durante los primeros meses después del crimen.
En tanto, sus familias los visitan regularmente, aunque podrían ser trasladados a la Unidad N°6 de Dolores para estar más cerca de los tribunales donde se les llevará adelante el juicio. Sin embargo, desde el entorno de los acusados, señalaron que quieren “mantener un perfil bajo”.
Según informó Telenoche, los ocho están en un mismo pabellón, aislados del resto de los presos por el miedo a que les pase algo. Sin embargo, están separados en celdas de a dos, hasta que se defina su situación en la correccional.
En una celda de nueve metros cuadrados, duermen de a dos: Lucas Pertossi junto a Blas Cinalli, Máximo Thomsen, uno de los más complicados de acuerdo a los videos que trascendieron, con Ayrton Viollaz, los hermanos Luciano y Ciro Pertossi y la última la comparten Enzo Comelli y Matías Benicelli.
El polémico pacto de silencio, ¿se quiebra?
Uno de los hechos que más sorprendió del caso Báez Sosa fue el polémico pacto de silencio que realizaron los acusados por el crimen. Es que todavía los acusados no hablaron sobre el día del crimen del joven de 18 años en las calles de Villa Gesell y todo gracias a la estrategia de la defensa, para que no se quiebre la unidad de los rugbiers.
La principal justificación que hacen los acusados tiene que ver con que no confían en la investigación que lleva adelante la fiscal Verónica Zamboni. Además, una de las principales denuncias que realizan los jóvenes es que hay una “persecución mediática”.
A través de su abogado, Hugo Tomei, los implicados presentaron un escrito diciendo: “No poseo confianza en el proceso judicial que se viene llevando a cabo, ya que he padecido persecución mediática y he sido juzgado como ‘asesino’ por autoridad judicial”.
Sin embargo, dos años después del crimen, el papá de uno de los jóvenes rompió el silencio y habló sobre lo que ocurrió el 18 de enero de 2020.
De esta manera, el padre de de Lucas dialogó con Telenoche y afirmó sobre la inocencia de su hijo al no participar de la golpiza y además confesó que no comprende “por qué está preso”.
Cabe recordar que Lucas Pertossi fue quien grabó a sus amigos en el momento en que golpeaban hasta la muerte a Fernando, y además es el que les avisa por WhatsApp a sus amigos sobre el deceso del joven: “Caducó”.
Es por ello que el padre de este rugbier implicado insiste que su hijo no debería estar preso: “Lucas está preso por algo injusto, siendo que él solo está filmando”.
A su vez, Marcos Pertossi, el padre de Lucas, es el tío de Luciano y de Ciro, otros dos de los rugbiers involucrados, los cuales cumplieron roles distintos esa noche fatídica. En el primer caso, Luciano le pegó a los amigos de Fernando, quienes intentaban salvarlo. Mientras que Ciro lo atacó por la espalda. En ambos casos, cumplen condena de prisión en La Plata, al igual que el resto de los rugbiers.
“Lucas no tiene nada que ver con esto. No es ni asesino, ni es malo. No tiene malas intenciones. Es un chico que vive feliz con las cosas que hace”, estas fueron las palabras de Marcos Pertossi para referirse a su hijo.
Qué pasó con los dos jóvenes que fueron liberados
La Justicia decidió en abril de 2021 que tanto Alejo Milanesi como Juan Pedro Guarino fueran liberados producto de que no hay elementos que lo involucren en el crimen, más allá de la presencia de Villa Gesell junto con sus amigos en aquel enero de 2020.
El 10 de febrero del 2020, Milanesi había quedado en libertad junto a Juan Pedro Guarino de 19 años y era el único rugbier que iba a ir a juicio en libertad. La medida fue determinada por los jueces Fernando Sotelo, Susana Miriam Darling Yaltone y Luis Felipe Defelitto, luego de una votación que terminó con dos votos a favor del sobreseimiento y uno en contra.
En tanto, la Cámara de Apelaciones de Dolores sobreseyó a Alejo Milanesi de 19 años y confirmó que los otros ocho rugbiers acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa, ocurrido en Villa Gesell en enero de 2020, continuarán en prisión a la espera del juicio oral.