El martes pasado, en diálogo con Vía Pérez, el Párroco de la ciudad perecina, Guillermo Cetera, se sinceró hablando del papel que tiene Cáritas en la comunidad y cómo supo atender a los más necesitados en ésta pandemia, donde hubo gestos de los más nobles como de los más egoístas.
“Este año tan particular que nos ha tocado vivir ha puesto en evidencia lo mejor y lo peor de la humanidad. Gestos de los más nobles como de los más egoístas. La cuarentena ha traído muchos problemas económicos en la gente, especialmente en los primeros meses muchas personas que no podían trabajar se vieron en gran necesidad y esto se vio reflejado en un incremento notable de concurrentes a Cáritas”, dijo el Párroco.
Hubo gestiones desde Cáritas arquidiocesana y parroquial para conseguir llegar a más gente con la ayuda alimentaria. La demanda fue creciente. Lamentablemente nunca se llega a cubrir todo. Cetera expuso que “con protocolos correspondientes se reforzó la atención de Cáritas en la Parroquia como en las capillas e incluso se llevó la ayuda a algunas personas hasta sus hogares ya que por distintas circunstancias no podían concurrir”.
Un grupo de docentes de la escuela Nuestra Señora de Luján tuvieron la iniciativa de abrir un comedor dos días a la semana junto a otros voluntarios, Cáritas y el Grupo Campamento. Por su parte docentes de la escuela Nuestra Señora de Fátima entregaron ropa de bebé y frazadas a personas concretas. Muchos voluntarios se entusiasmaron y fueron sumándose de una u otra manera. Ayudaron de modo informal en distintas tareas o situaciones que se fueron presentando.
El Sacerdote quizo reflejar con transparencia cómo funciona Cáritas, ya que muchos a veces no lo entienden o tienen ciertos prejuicios: “Cáritas no es una dependencia del Estado ni una oficina gubernamental que debe dar respuestas a los problemas de pobreza que tiene que resolver dicho Estado. Sino que es simplemente la caridad de la comunidad de fieles para con sus miembros que más necesidades estén pasando, aunque en la práctica está abierta a todos y alcanza su ayuda a personas que no participan de la vida parroquial e incluso también a quienes son de otras religiones”.
Según dijo el Sacerdote, “la finalidad primaria es ayudar a los miembros de la comunidad. Cuando alguien se acerca se le ayuda sin importar sus creencias porque Jesús nos enseña a ser como el buen samaritano de todo aquel que sufre en el camino de la vida”. “Cáritas trata de hacer promoción humana y no asistencialismo. Porque este último doblega a la persona y la hace dependiente y en inferioridad de condiciones respecto a quien le está dando algo. La misión de Cáritas es ayudar a las personas a desarrollarse y ganarse su propio sustento”, agregó el Sacerdote.
Cetera está convencido que “hay que asistir, pero esta asistencia tiene que dar paso a la promoción. En este sentido se han intentado realizar cursos o microemprendimientos que aunque tuvieron muy pocos concurrentes valieron la pena”.
Detalló también el porqué “a veces hay una alcancía para colaboración voluntaria en el ropero porque cada uno adquiere a un valor voluntario lo que quiere y no lo que le dan y de paso con ese dinero colaboran con otros que necesitan más, por ejemplo medicamentos, ayuda a personas en cuarentena, compra de alimentos, etc.” Se detuvo a explicar que esos fondos son mínimos y simbólicos. “Cáritas se sustenta principalmente con la colecta anual. A veces esto no se entiende”, sentenció.
Al mismo tiempo el Párroco comento que “Cáritas no se reduce a las personas que atienden determinados días en la sede, sino que Cáritas somos todos. Todos podemos y debemos tener caridad con el que necesita, no dar lo viejo y que no sirve, o lo que está roto y deslucido”, y continuó afirmando que “la caridad es dar lo que el otro necesita y no lo que a mí me sobra o me estorba. Y esto todos podemos hacerlo desde nuestras casas, puede suceder que en algún momento no tengamos algo material para dar pero siempre podemos ofrecer una escucha y un gesto de cariño con Cristo sufriente que golpea a mi puerta”.