A dos meses de la asunción de Rogelio Frigerio al mando de la Casa Gris, el ministro de Gobierno y Trabajo de la Provincia Manuel Troncoso escribió una nota de opinión titulada como “60 días” en donde realizó un balance del período inicial de la nueva gestión. En el texto, el funcionario destacó que “en un contexto social y económico crítico y de incertidumbre generalizada, Entre Ríos cuenta con paz social y con un clima de franca gobernabilidad”.
“60 días”, por Manuel Troncoso
“Hace mucho que no escribo sobre política y no quisiera cortar esta sequía para ensayar una apología del gobierno que orgullosamente integro. No es el estilo del gobernador y tampoco el mío.
Una apología es, según el diccionario de la Real Academia ‘Discurso de palabra o por escrito, en defensa o alabanza de alguien o algo’. En rigor, no siento que nos tengamos que defender. Ese juicio de valor, corresponde pura y exclusivamente a la ciudadanía, que con su voto puede premiar o castigar. Asimismo, desde un aspecto estrictamente formal, corresponde también al Tribunal de Cuentas y la Contaduría, que por manda constitucional, tienen sobre sus espaldas el control ex post y ex ante de una gestión, respectivamente. En todo caso también al Poder Legislativo, en el que recae la producción normativa y también la responsabilidad no menor de ejercer un contrapeso ante las prerrogativas del Poder Ejecutivo. Pero no quiero hablar de eso sino hablar de mi provincia.
Después de cuarenta y dos días hábiles de gobierno, en un contexto social y económico crítico y de incertidumbre generalizada, Entre Ríos cuenta con paz social y con un clima de franca gobernabilidad. En este sentido, la responsabilidad y quizás la obligación (en virtud del contexto señalado), recae principalmente en nosotros como gobierno, pero también involucra y apela a todas las fuerzas vivas que componen el tejido de una sociedad o de una comunidad, en el mejor de los casos.
A veces la vida, las grandes gestas o sueños, se tratan de no sentirnos solos. Y en lo que a mí respecta, no me siento solo. Por el contrario, siento que cada actor social, cada fuerza viva que compone ‘la entrerrianidad’ está obrando de buena fe, con desinterés sectorial y con generosidad: la ciudadanía, las fuerzas políticas, oficialismo y oposición, sindicatos, cámaras empresarias, cuerpos intermedios y los tres poderes del Estado están actuando bajo la consigna de poner primero a la provincia, de poner primero a la Patria. En tiempos de zozobra esto es un bálsamo y en todo caso, en un país tan fragmentado, una obligación. Nadie se salva sólo, nos salvamos en racimo y es ahí cuando el lema sanmartiniano se resignifica, al punto de repetirlo como mantra: ‘a la Argentina la salvamos entre todos o no la salva nadie’”.