“Creo que nadie puede ser visionario del futuro que puede tener, pero también es cierto que uno empieza a soñar”, dice Gisela Scaglia, vicegobernadora de Santa Fe, cuando se le pregunta si alguna vez imaginó, desde su Gálvez natal, llegar al lugar que hoy ocupa en la política argentina.
Se define como una persona “privilegiada y afortunada”, no solo por haber podido hacer lo que quería, sino también por haber tenido la oportunidad de preguntarse quién quería ser. Desde muy joven supo que la política era su lugar: “Era un espacio que me gustaba”, recuerda.

Nacida en una familia de raíces rurales, fue una de las hijas mujeres y, según cuenta, cargó con la responsabilidad de abrir camino para que el resto pudiera seguirlo. Fue la primera de su familia en alcanzar estudios universitarios y marcar un rumbo fuera del trabajo rural.
De su padre heredó el valor del esfuerzo. “Trabajar, trabajar y trabajar”, repite como un legado familiar. Hoy, con 80 años, su padre sigue trabajando todos los días. “En mi familia se trabajaba mucho para lograr un objetivo”, remarca con orgullo.

La anécdota familiar que más recuerda, entre risas, es que su padre solía no asistir a actos importantes. “Decía que no tenía tiempo”, comenta. Incluso, cuando juró como diputada nacional, su padre no estuvo presente. Sin embargo, aclara que nunca lo vivió con angustia. Para ella, esa manera de ser fue parte del combustible con el que construyó su carrera política, basada en la perseverancia y el trabajo sostenido.
Estudios, dudas y una decisión clave
Su camino universitario no fue lineal. Cuando le dijo a su padre que quería estudiar Ciencias Políticas, recibió una negativa. “Me pidió que eligiera otra carrera de la que pudiera vivir”, cuenta. Así fue como optó por Nutrición y se mudó a Córdoba. Pero en el examen de ingreso, no le fue bien.
Hoy aconseja a padres y jóvenes que están eligiendo carrera que no teman cambiar de rumbo. “Es algo natural”, afirma. Finalmente, logró negociar con su familia y estudió en paralelo Ciencias Políticas y Comercio Exterior: una por vocación, la otra por seguridad económica.
Durante esos años, se dedicó a generar vínculos y construir una red. “No venía de una familia con historia política, así que había que empezar de cero”, recuerda. Participó activamente en cátedras y buscó el contacto con profesores que le abrieron puertas.
Fue en esos tiempos que conoció a Maximiliano Pullaro, actual gobernador de Santa Fe. “Maxi era presidente de los jóvenes radicales y organizó un encuentro en Laborde. Me invitó y todavía conservo un diploma de ese evento, firmado por él, en 1998”, cuenta con orgullo.
Del radicalismo al PRO y su relación con Macri
Scaglia comenzó su militancia en la Unión Cívica Radical (UCR), pero luego fue una de las fundadoras del PRO en la provincia de Santa Fe, bajo el liderazgo de Mauricio Macri.

Reconoce que tenía muchos prejuicios sobre Macri, pero su encuentro con él fue revelador. “Fue alguien que me abrió la cabeza”, asegura. También destaca a Miguel Del Sel como una figura clave en su carrera: “Fue uno de los que confió en mí cuando pocos lo hacían”.

Su mirada sobre la política se entrelaza con una fe profunda, y sostiene que muchas de las personas con las que se cruzó “fueron puestas por Dios en su camino”.
Una carta al Papa Francisco y un viaje inolvidable
Una de las experiencias más impactantes de su vida fue su vínculo con el Papa Francisco. Tras ver un video en el que el Sumo Pontífice hablaba de Rosario, le escribió una carta que llegó hasta el Vaticano. Lo que no imaginó fue recibir, apenas ocho horas después, una respuesta escrita de puño y letra del propio Papa.

Eso la motivó a organizar un viaje a Roma, donde fue recibida de manera cálida y sencilla. “Me sorprendió la cercanía y amabilidad del Santo Padre. Fue un momento inolvidable”, recuerda.

Una historia de esfuerzo y superación
“Vengo de una familia que tiene implantado el ‘sí se puede’”, afirma Scaglia. Reflexiona sobre el valor de que una mujer nacida en la ruralidad santafesina haya llegado a ser vicegobernadora de la provincia.
Atribuye sus logros al ejemplo y la fortaleza de sus padres, una familia reconocida en Gálvez por su carácter y tenacidad. “Mi historia demuestra que con esfuerzo, valores firmes y convicción, se puede llegar lejos”, concluye.
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