La causa que sorprendió a gran parte de la ciudad de Paraná, aquel día en el que dos policías atacaron contra el joven Gabriel Gusmán, en el barrio Capibá, aún no llega a su fin. La familia continúa pidiendo justicia e incluso, luego de 7 meses, todavía hay análisis que no fueron entregados en la investigación.
Se trata de un estudio llamado dermotest, el mismo que determinaría si existen o no residuos de disparo de arma de fuego en el cuerpo o prenda de una persona.
La demora ante el resultado de los análisis se debe a que en el día del hecho, el 25 de septiembre del año pasado, la Policía provincial se hizo cargo de la escena del crimen, con personal de la División Homicidios y de la Dirección Criminalística, que levantó las muestras con cinta de las manos de los dos policías, Diego Ibalo y Rodrigo Molina. Luego, la Fiscalía decidió que las pericias sean realizadas por Gendarmería Nacional, para asegurar la imparcialidad en la pesquisa y evitar especulaciones al respecto. Pero resultó que la Gendarmería utiliza otro método y equipamiento para la pericia de dermotest, lo cual complicó y comenzó a demorar el resultado de la prueba solicitada.
Sin embargo, la causa no está quieta, ya que según supo el diario UNO, esta semana se resolvió pedir a la fuerza federa realizar el análisis de las cintas con el instrumental de la Policía de Entre Ríos. Aunque de todos modos, la dilación ya resulta demasiado para la familia Gusmán, que reclama justicia y espera por definiciones para saber cómo avanzar en la causa.
