Todo comenzó hace 3 años cuando una familia de Paraná empezó a planificar su fiesta de 15 años y buscaron un servicio gastronómico en la ciudad. Fue ahí que decidieron contratar a Sergio Aguilar, el mismo que en diciembre fue noticia porque estafó a chicos de una escuela de San Benito entre otros damnificados. Todos los meses Pamela, la mamá y Brisa, la quinceañera, iba entregando dinero para pagar la tan ansiada fiesta al servicio que eligieron. El quince estaba programado para febrero de este año y para diciembre ya habían pagado con esfuerzo el 75% del servicio y fue ahí cuando comenzó la pesadilla para esta mamá y su hija.
Cuando se enteraron lo sucedido con otras fiestas y leyeron que Aguilar era el protagonista se comunicaron con él que les aseguró que iba a cumplir, pero pasados los días no lo encontraron más, no le respondía los mensajes y vieron como todo lo entregado en tantos años de sacrificio se esfumó para siempre. Ya era 31 de diciembre y la fiesta de quince de Brisa la daban por perdida. Fue ahí que Angélica Abrant, madrina de la nena, que vive enfrente se propuso hacer la fiesta a como dé lugar.
Angélica comenzó a enviar cartas y pedidos para conseguir todo lo necesario para la fiesta. Las notas se entregaron a cotillones, casas de repostería, carnicerías y pidieron ayuda a todos quienes quieran aportar. "Le dije a mi hija y a mi marido, vamos a ayudar a Brisa y a Pamela. Vamos a hacer algo sencillo al menos." Contó Angélica.
Lo primero que tuvieron que resolver fue el salón, el que habían reservado tenía un costo de $ 30.000, dinero que ya no tenían. Consiguieron uno lindo que fue la base para comenzar a programar todo nuevamente para el 15 de febrero, trabajando a contrarreloj y apelando a la solidaridad de la gente. La gente empezó a responder, así llegaron cajones de pollo, hamburguesas, alquileres de sillas, manteles, adornos, etc. La madrina de Brisa nos cuenta que por ejemplo el sillón blanco que iba en la mesa principal lo donó una clienta de costura de ella, lo mismo que el alquiler de la mesa de acrílico y las sillas Tiffany, las mismas que el servicio que las estafó les había prometido.
Magalí, hija de Angélica fue la encargada de la comida, ella con experiencia en servicios gastronómicos preparó los pollos, las papas, las ensaladas y estuvo toda la noche coordinando la cocina, la barra de tragos y demás. Los mozos fueron todos conocidos y amigos de la familia. Con algunas donaciones en efectivo se compraron tortas para la mesa dulce y algunos donaron alfajorcitos.
Para que la fiesta quede soñada como la habían querido Brisa y su mamá, el hijo de Angélica se encargó de adornar el salón y utilizaron como centros de mesa unas torres que tenían comprados con anticipación Pamela, la mamá.
El vestido azul fue un regalo de Angélica que se dedica a la costura y fue la que le diseñó a medida para la gran noche. "Brisa es muy tímida, pero también es muy buena. La cocina la atendió mi hija y sirvió todos los platos. Los mozos fueron todos conocidos y amigos" nos contó Angélica, que junto a su hija Magalí recibieron una rosa de parte de la nena cumpleañera al momento de entrar al salón.
A las 23.30 mientras estaban cenando todavía hubo una gran sorpresa, los integrantes del grupo Pegó en el Palo se hicieron un tiempito y antes de viajar a Victoria tocaron unos temas que hicieron delirar a todos y tampoco faltaron las tradicionales fotos en el parque, "Fue una gran fiesta, creo que mejor de lo que se hubiese tenido después de tanto sufrimiento. La verdad que después de 3 años de ahorro y quedarse sin nada. Todo fue con mucho sacrificio. No somos ricos pero estamos felices de haber podido cumplir con Brisa", nos cuenta emocionada la madrina.
Brisa vive con su mamá y su hermano Juan Ignacio en una casita que tienen gracias al apoyo del padre Amaya, quien las ayudó a construirla. Ellos no son muchos de familia, su padrino que vive en Pergamino no pudo venir, pero sí su tía y las amigas de la escuela. Brisa estudia en la escuela de la Base Aérea Teniente Candelaria, es muy tímida y hasta llegó a ahorrar su beca para la fiesta. "La noche fue hermosa, muy linda, lo que sobró se lo frizamos y todos los días Pamela o Brisa se cruzan para buscar torta, hamburguesas y lo que quedó de la gran fiesta", nos termina de contar Angélica, una gran madrina, una gran mujer solidaria.