Ricardo Norberto González se recibió de veterinario hace exactamente 40 años, desde entonces su camino por la profesión ha sido con compromiso, responsabilidad pero sobre todo con mucho amor hacia sus "queridos animales de compañía".
El profesional eligió a Vía Paraná para expresarse a través de una carta abierta a toda la comunidad para instar a cada persona a que cuide pero sobre todo a que construya y alimente el vínculo con sus mascotas.
A mis queridos animales de compañía:
Celebrando mis primeros 40 años de profesión dedicados a la salud y el bienestar de nuestros queridos animales de compañía, inexorablemente me remonto al año 1980, cuando rendía mi última materia: Clínica de Pequeños Animales en la Facultad de Corrientes. ¡Cuán poco sabíamos sobre ellos! Esos seres que silenciosamente fueron ganando un espacio afectivo en nuestras familias, hasta llegar a ser integrantes fundamentales.
Al igual que la mayoría, comencé trabajando en grandes, medianos y pequeños animales, incluso con exóticos; hasta que finalmente comprendí que mi verdadera vocación eran esos pequeños que aún hoy siguen despertando en mí todo el cariño y el asombro que se encuentra vigente como el primer día.
Así llegué a Paraná, hace más de 30 años y aprendí a conocer ese especial mundo animal, a entender sus expresiones corporales, su vocabulario y comprendí finalmente que como todo ser vivo, el ambiente humano en el que se desarrolla, resalta y remarca su salud física y psíquica.
Todo ello se enlaza con el comportamiento humano, ya que existe un hilo conductor entre dueño y pequeño animal difícil de no identificar.
Cuántos seres humanos que anónimamente viven por y para ellos, siendo muchas veces su razón de vivir en estos tiempos donde la soledad y el individualismo son moneda corriente.
Cuántos de estos pequeños animales al partir de este mundo, nos enseñaron a valorarlos y comprender lo importante que fueron para cada uno de nosotros y cuánto espacio ocuparon en nuestras vidas.
Recuerdo verdaderas actitudes heroicas humanas para intentar salvar la vida animal, poniendo muchas veces en riesgo la suya propia.
Hay tantas razones para compartir y disfrutar de estas tan gratas compañías.
Les propongo que lo hagan y AHORA. No se priven de esa única experiencia, porque 8, 10 o 15 años son sólo una parte de nuestras vidas, pero para ellos es TODA SU VIDA.
Seguramente tenemos mucho que observar y aprender de ellos si ya son parte de nuestras familias. Y a los que analizan la posibilidad de incorporarlos a sus vidas, con responsabilidad les digo que se animen. Es un reto que no los va a defraudar.
Espero que estas palabras los ayuden a conectarse y a disfrutarlos cada día un poco más.
Ricardo Norberto González Médico Veterinario MAT.0343