Ráfagas de viento de más de 100 kilómetros por hora interrumpieron el vuelo de una de las aeronaves de la empresa JetSmart.
Desde la compañía aérea comunicaron que las condiciones climáticas del vuelo WJ 3444, que había partido de Aeroparque, “empeoraron al momento de aterrizar en el aeropuerto de Neuquén”.
La interrupción en el normal funcionamiento del aeropuerto provocó que el piloto del avión tuviera que realizar una maniobra sorprendente, y al intentar descender tocó la pista de aterrizaje con sus ruedas pero inmediatamente volvió a elevarse.
Desde la empresa explicaron que esto “motivó al capitán del avión LV-JQE a llevar a la aeronave a Mendoza para esperar que las condiciones mejorasen. Luego, con la mejora de las condiciones, el vuelo volvió a Neuquén, completando el recorrido”.
“El viaje fue horrible, interminable y lleno de incertidumbre. Duró casi seis horas y terminamos en Mendoza sin entender mucho qué pasaba”, contó una pasajera.
“Hasta la mitad del viaje venía todo bien hasta que arrancó la turbulencia. Se movió bastante la aeronave. Cuando estábamos por aterrizar nos dicen que nos pongamos el cinturón. Miro por la ventana y no se veía nada. Solo veía tierra”, relató.
La pasajera angustiada agregó: “Escuché el ruido de las ruedas abrirse y seguía sin ver el piso. Ahí nos empezamos a acercar, pega una maniobra brusca y vuelve a tomar vuelo. Pasaron 15 minutos y la gente estaba tensa y nerviosa. Había gente grande muy asustada. A los 5 minutos de no saber qué iba a pasar nos avisan que no pudieron aterrizar en Neuquén y que nos íbamos para Mendoza”.