Marcos Olaguibet, el mendocino que llegó a la semifinal de La Voz Argentina, volvió a tener el guiño de Mau y Ricky, quienes fueron sus coachs en el programa de Telefe. Pero también de dos de sus grandes ídolos de la música: Marcelo Corvalán -también conocido como Corvata- y Tery Langer, ambos fundadores de la banda de punk rock/ nu metal, Carajo.
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El joven oriundo de San Martín se grabó cantando el tema De frente al mar de Carajo con el acompañamiento de una guitarra y recibió la devolución de los cantantes de la banda que, según él contó, sigue desde que tenía 12 años.
“Ni idea quiénes son estos chicos pero cantan muy bien”, escribió Marcerlo Corvalán. Y Tery Langer por su parte comentó: “Qué grandes! Hermosa versión, gracias por el aguante”.
Y lo mismo le pasó con el dúo Mau y Ricky. Marcos hizo su propia versión acústica del tema Mal Acostumbrao que los hijos de Ricardo Montaner hicieron con la colaboración de María Becerra.
Pero el mendocino no lo hizo solo, sino que cantó acompañado del cordobés, Facundo Giovos, con quien forjó una amistad en La Voz Argentina. Ambos fueron parte del Team Mau y Ricky y llegaron lejos en la competencia de canto que los hizo popular.
“La intro, el coro, el verso de Mari, toda la canción!! gracias”, escribieron los exjurados de La Voz y resaltaron: “Me gusta mucho esta versión”.
Marcos pasó un mal momento en Córdoba que terminó en risas
Marcos Olaguibet está en Córdoba desde hace varios días, donde tiene algunos shows programados, pero el fin de semana pasó un mal momento. El mendocino perdió su billetera en un boliche de Villa Carlos Paz y acudió a sus redes en busca de ayuda para recuperarla.
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Pero lo que por un momento lo preocupó por el dinero y la documentación que llevaba, luego lo transformó en risas. Es que él mismo se prometió “no volver a tomar” ya que, al parecer, esa habría sido una de las causas del extravío de su billetera.
Y sus seguidores se sumaron con memes de Los Simpson, burlándose de la situación que lo llevó a perder sus pertenencias.
Y, ahora que tuvo respuestas de sus ídolos, la billetera pasó a un segundo plano. “Déjense mi billetera, ya no me importa”, dijo en modo de broma para graficar su felicidad.
