Kevin Castarlenas es otro de los mendocinos que llevó su voz al certamen. El joven de 29 años no pasó las audiciones a ciegas pero fue elogiado por el jurado.
“La música llegó a mi vida antes que la vida misma porque mi mamá siempre cantó”, contó Kevin. Ella fue cantante de tango y “labró” el camino de su hijo.
Su madre expresó: “estoy muy feliz de que mi hijo haya heredado eso” y agregó que “cada vez que lo escucho soy la mujer más feliz del mundo”.
Su novia, Victoria, también lo acompañó a las audiciones y confesó que Kevin “canta todo el tiempo”, algo que a ella le gusta mucho.
Su abuela “inició todo”: fue quien hizo el esfuerzo para brindarle la educación en la música, específicamente en el canto, en un momento en el que él no podía pagar sus estudios.
Kevin explicó que tiene una vida “linda” y no se puede “quejar de nada”, pero la música “es eso que me falta”, mientras mostraba su colgante de la suerte, un micrófono que lo usa solamente para sus shows: “espero que me ayude”.
El mendocino subió al escenario más famoso del país y debutó con el tema “Con Cada beso”, de Huey Dunbar.
Los miembros del jurado no giraron sus sillas, pero le hicieron saber que disfrutaron de su audición. Montaner le aseguró: “si das la vuelta y tocas la puerta de El regreso, muy probablemente te tendremos aquí”.
La Sole, por su parte, reconoció que Kevin tiene un voz “hermosa”. Para la cantante, el participante falló en el falsete: “creo que fue un momento de nervios nada más”.
La jurado le pidió “que te vayas con la alegría de que nos gustó lo que hiciste, ¡volvé!”.
Mientras el mendocino bajaba del escenario para saludar a su familia, todos los artistas coincidieron en que canta bien.
Kevin expresó que “llegar hasta acá es muy lindo y me voy con toda la enseñanza que me han dejado”.
Aunque el joven no pasó a la próxima etapa, fue elogiado por el jurado y tiene la posibilidad de regresar a La Voz Argentina.