Juan Cruz Yacopini tiene 22 años y miles de kilómetros recorridos en cross country, la disciplina en la que prefiere desarrollar sus habilidades como piloto. Logró ser campeón argentino, obtuvo 3 triunfos en SARR (South American Rally Race) P1, y en el Dakar 2022 terminó en el top 20 de su categoría.
El joven piloto mendocino sabe que con tiempo, dedicación, perseverancia y sacrificios podrá llegar a cumplir su sueño de entrar en el top 5 del mundo del cross country. Pero también tiene claro que necesita experiencia y eso -dice- se consigue con horas y horas de manejo.
“A diferencia de otros deportes, en éste a los 50 años estás en la cresta de la ola debido a la gran experiencia que tenés”, apunta y reitera que se propone objetivos alcanzables.
“La ambición de ganar creo que la tienen todos. Yo sé en las condiciones que estoy y lo que puedo hacer. Entonces trato de ir paso a paso: primero lo local, después lo nacional, lo sudamericano y ahora ya estoy en la liga más pro que hay que es el campeonato mundial. Y tengo que empezar a construir desde allí.”
Si bien la velocidad es una de las variables que se pone en juego en las carreras, este piloto -uno de los más jóvenes del mundo en su categoría- está convencido de que la experiencia necesita tiempo. Ha comprobado en carne propia que “manos lentas y pies lentos hacen pilotos más rápidos”.
“Es verdad -sentencia-. Una persona que va manejando como tensa, que va pegando volantazos seguramente no es un piloto rápido, a diferencia de un piloto que hace movimientos super suaves y va tranquilo, levantando la vista, respirando”, asevera tras mencionar videos de Matias Rossi, “uno de los mejores pilotos de pista del país”, en el que se lo ve muy tranquilo a pesar de la velocidad tan fuerte a la que va.
Y destaca otra característica de un “mejor piloto”: “Cuando estás yendo fuerte y al límite, ir lo más tranquilo posible”.
-¿Eso se traduce en tu vida cotidiana?
-En lo deportivo soy la mejor versión de Juan Cruz. Me enojo mucho menos. En la vida cotidiana me enojo un poco más, aunque no es que esté todo el día enojado. Cuando voy manejando y me enojo se me pasa a los dos minutos porque sé que rindo menos. Aprendo de los errores más rápido cuando voy manejando porque sé que quedarme atado a un error que cometí no me hará ir para adelante.
Entonces, después en la vida cotidiana si tengo el momento de pensar 10 segundos, me doy cuenta de que lo que estoy haciendo va a terminar cuando yo quiera que termine. Podés seguir enojado, pensando en lo que hiciste antes, pero no vas a progresar.
-¿Qué pensás cuando vas manejando en una carrera?
-No pienso. Es como que no voy pensando. Voy como cuando estás haciendo algo que estás disfrutando. Voy sintiendo. Cuando mejor vengo es cuando estoy en ese estado de flow que le llaman los deportistas, que vas sintiendo a pleno y no vas tanto pensando, sino que vas haciendo las cosas como naturales.
De la moto a la camioneta
Juan Cruz heredó de su papá la pasión por las carreras y arrancó como hobby a correr en motocross. Fue luego de un entrenamiento de diez días en Neuquén con un profesor que empezó a “tomarlo un poco más profesional”.
Sin embargo, en 2017 tuvo un grave accidente. Se quebró el fémur y se rompió el bazo. Estuvo más de diez internado y la recuperación fue lenta. “No hice las cosas de la mejor manera, como las debería haber hecho”, admite.
Un año después quería volver a correr, pero la condición física no le permitía subirse a la moto otra vez. Así apareció la camioneta como alternativa.
“Empecé a correr en camioneta en el 2018. Tuve dos carreras en las que no me fue nada bien”, recuerda y agradece el momento en el que Alejandro le dejó la butaca de piloto en su camioneta y se pasó al asiento de la derecha para tomar el rol de copiloto.
Desde entonces, fueron “aprendiendo juntos, mejorando”: se consagraron campeones argentinos, lograron tres triunfos en SARR (South American Rally Race) P1, terminaron en el top 20 de su categoría en el Dakar 2022.
El sitio dakar.com describe en pocas líneas estos cuatro años de trayectoria -previos al Dakar y al SARR 2022- de este universitario a 7 materias de recibirse como licenciado en Administración en la Universidad del Aconcagua.
El perfil del número 237 coche Overdrive Toyota señala que la victoria obtenida en el SARR 2020, que fue la primera edición, y el apoyo de Toyota Argentina fueron una gran motivación para llegar a la rampa de largada del Dakar en Jeddah.
“En carrera -continúa el sitio- las cosas se complicaron. Un accidente con un camión en el transcurso de la etapa 3, los obligó a abandonar. Para sumar kilómetros, decidieron continuar en la modalidad Experience. De regreso al país, participaron del SARR 2021 y una vez más se adjudicaron la prueba entre los autos. A nivel internacional, los Yacopini tomaron parte del Rally de Kazajistán, pero no pudieron completar la prueba, debido a un accidente. El Rally de Marruecos les ofreció la revancha con un lugar en el top ten.”
Entrenamiento y estrategia
Para tomar el volante de una camioneta por tantas horas como duran las carreras de cross country hay que estar físicamente en condiciones.
“El Dakar son 14 días de carrera y necesitás estar muy entrenado porque después del día 7, se pone muy desgastante y si no estás entrenado no podés exigirte, no podés ir rápido y el deporte se pone peligroso”, argumenta Juan Cruz.
Por eso, además de los dos psicólogos deportivos, de comer bien y de andar “tres veces mínimo por semana en bicicleta en ruta”, entrena cuatro veces semanales en el gimnasio que tiene en la concesionaria.
“Desde 2016, Sergio Furlán es mi profe. Hemos aprendido juntos cómo entrenar a un piloto porque no es cosa de todos los días. Y en las carreras me siento pleno”, asegura a la vez que aclara que “el trabajo fuerte es todo el año porque las cosas no se pueden arreglar en un mes”.
El cross country -explica- es un deporte tan cambiante que uno debe ser muy versátil en las técnicas de manejo según los variados terrenos y la Argentina cuenta con una ventaja en ese aspecto porque “es como entrenar en las condiciones más difíciles que pueden haber”.
Pero también hay que plantear diferentes estrategias de acuerdo a las carreras y a los rivales.
“Es mucho más factible lograr un podio en Argentina y a nivel mundial es muy difícil porque compiten los mejores. Entonces, la estrategia es otra. Acá es un poco más de velocidad y tratar de ganar. Afuera voy un poquito más conservador y no está entre los objetivos ganar”, señala.
Y analiza: “No tengo la experiencia ni la capacidad todavía para manejar a la velocidad que están manejando afuera”.
En cualquier caso, es fundamental la relación entre el piloto y el copiloto. “Puede ser que sea el mejor copiloto, pero si la relación no es buena no funciona”, señala y enumera que para él un buen copiloto además de saber navegar tiene que ser “buena persona y agradecido”. “Tengo muy en cuenta los valores humanos”, se sincera.
Las exigencias como piloto no son menores: “Necesitás experiencia; paciencia; saber que te podés equivocar; saber que el copiloto se puede equivocar y que tenés que mantener la calma; tomar decisiones acertadas en el menor tiempo posible”.
Un futuro por delante
Este muchacho -que se define como “buena onda, simpático, perseverante y medio terco”- considera que él puede condicionar el futuro según cómo esté haciendo las cosas “pero también hay un factor incontrolable”, aclara y ejemplifica que por estos días debería estar corriendo en Andalucía y la carrera se postergó para el otoño de aquellas latitudes por la ola de calor.
Apoyado en su familia que es “el pilar fundamental” que lo acompaña en todas las decisiones, mira hacia adelante y asegura que quiere seguir corriendo, recibirse y trabajar.
“Una vez recibido quiero trabajar acá en la concesionaria y correr, correr, correr mucho”, confiesa a la vez que aclara que si bien ahora en el podio de prioridades están la facultad y el cross country, hacia fin de año el Dakar se impone sobre el estudio y no rinde en las mesas de diciembre. “Es la mayor carrera que tengo. Aparte me encanta ir a correr y es en lo único que pienso en esos días”, cuenta.
Nuevo copiloto
Por primera vez en la trayectoria de Juan Cruz Yacopini, su papá Alejandro dejará de ser su copiloto. “Fernando Acosta, de Córdoba, será mi próximo copiloto. Tenemos que probar”, anticipa y explica que la decisión del cambio fue en conjunto con su padre, quien ahora podrá disfrutar las carreras desde otro lugar.
“Solo tengo palabras de agradecimiento hacia vos. Me has apoyado en todo siempre poniendo lo mejor. Hasta te hiciste copiloto por mí. Algo que nunca te hubieses imaginado. Gracias por marcarme el camino, enseñarme a ser mejor piloto y mejor persona todos los días. Ahora me toca seguir haciendo las cosas con otro copiloto, a mejorar y encarar esta nueva etapa muy entusiasmado y cada vez con mas profesionalismo”, posteó Juan Cruz en su cuenta de Instagram.
Según comentó el piloto, la relación se estaba desgastando. “Él aprendió a navegar mucho, pero ya no está dando los pasos del mismo largo que yo”, argumenta y agrega: “También es mi papá, maneja esta empresa, es el esposo de mi mamá, el padre de mis dos hermanas... como que no puede hacer todo bien. Podría si corriéramos local y más tranquilo y a mí no me interesara ir a fondo, pero yo no soy así”.