Encontraron en tierra huarpe de Maipú, restos óseos de dos individuos compatibles con entierros humanos, que permitirán a científicos continuar tejiendo la historia de los pueblos originarios de Mendoza.
En tierra huarpe se llevó adelante un trabajo de rescate de restos óseos compatibles con entierros humanos, hallados fortuitamente por equipos de investigación, luego de que miembros de poblaciones originarias realizaron la ceremonia de permiso para dar curso a las excavaciones.
El grupo de científicos está conformado por el equipo de Bioarqueología del Museo Provincial de Ciencias Naturales y Antropológicas Juan Cornelio Moyano y pertenecientes al Conicet, a cargo de su directora, la doctora Paula Novellino; becarias doctorales, profesora Gabriela Da Peña y la licenciada Daniela Guevara, y los estudiantes de la carrera de Arqueología de la UNCuyo Candela Acosta, Luis Acuña, Agustín Cruz Castillo y Darío Trillas. También, en el campo, colaboró Mario Guaquinchay.
Tras este hallazgo, la ministra de Cultura y Turismo de la provincia, Nora Vicario, destacó el valor patrimonial del descubrimiento. “Apoyamos este importante trabajo de investigación, en línea con las distintas acciones que llevamos adelante para la preservación y el respeto del patrimonio cultural. Se trata de un gran hallazgo y un valioso procedimiento de rescate que contribuirá al estudio de las culturas originarias. Seguiremos trabajando junto a las comunidades y el sector científico para proteger y poner en valor el legado histórico de Mendoza”, dijo Nora Vicario.
Dónde y cómo se produjo el hallazgo
En Maipú existen diferentes evidencias de ocupaciones humanas prehispánicas. En este caso, se trabajó sobre dos sitios donde se encontraron sendos restos de dos individuos.
Este evento fue producto de procesos erosivos naturales o que, por acción humana, dejaron al descubierto restos humanos, por lo que se decidió a realizar un trabajo de rescate que requirió de extrema minuciosidad por las características propias del terreno.
Se trata de tierras de huayquerías que permiten investigar el pasado huarpe y poner en valor el sentimiento de los pueblos originarios. Con toda esta información, el equipo científico podrá recrear lo que fue la vida en el pasado, donde esta tierra estaba habitada y dar cuenta de su manera de subsistencia.
Qué permitirá este descubrimiento científico
Al momento se han excavado tres casas pozo que permiten estimar la cantidad de personas que vivieron en la zona. Estos estudios se suman a las investigaciones desarrolladas en las décadas del 30 y del 40 inclusive, que dieron como resultado entierros múltiples y que en algún caso llegó a 34 individuos, por lo que se concluye que fue un lugar densamente poblado.
Horacio Chiavazza, director de Patrimonio Cultural y Museos de la provincia, destacó: “Este es un importante trabajo de rescate patrimonial, donde existieron antiguos asentamientos huarpes. Esta tierra que se ve tan árida en un momento fue un vergel, un verdadero humedal y concentraba las antiguas aldeas donde vivían los huarpes y donde se llevan adelante entierros. En este caso, a través del tiempo y la erosión, se fueron generando exposiciones de restos humanos que los equipos de investigación de Conicet, a través de su trabajo en el Museo Cornelio Moyano y en articulación con las comunidades originarias, llevamos adelante un pedido de permiso a la tierra para realizar este rescate”.
El análisis de los individuos encontrados permitirá indagar acerca del sexo, la edad, tipo de alimentación e, incluso, conocer la antigüedad que poseen estos restos y saber qué tipo de enfermedades tuvieron a lo largo de su vida. En definitiva, se puede llegar a una historia individual de cada una de estas personas y poder integrarlo al conocimiento más amplio que actualmente tenemos sobre los pueblos huarpes y sus propios ancestros en este territorio.
Las poblaciones en estas tierras se remontan a ocupaciones que los arqueólogos han datado, aproximadamente, en unos 2500 o 2100 años antes del presente. Se deduce que se trata de grupos alfareros que habitaban en casas de forma circular que estaban semienterradas, cubiertas de ramas y que practicaban fogones en tierra excavada, que dio lugar a la formación de hornillos.
Sin embargo, en otros sectores del territorio se han encontrado entierros que corresponden a la etapa huarpe plena de hace unos 500 años atrás. Es decir, se trata de un territorio que muestra una secuencia histórica desde los ancestros de esos huarpes que entraron luego en contacto con los europeos, cuando se produjo la conquista de América, en una secuencia completa de 2000 años.
Por su parte, la licenciada Daniela Guevara, becaria doctoral de Conicet, detalló: “Trabajo en bioarqueología, mi tema de investigación es sobre paleodemografía y paleopatología humana en el pasado y participo en el equipo de Biología del Museo Cornelio Moyano. Esta es una zona fundamental dentro de patrimonio, porque tiene un montón de registros y vestigios de las culturas del pasado en esta zona. Hemos encontrado numerosos materiales culturales, como por ejemplo cerámicas y líticos o piedras trabajadas, restos de casas, pozos y también entierros humanos. Estos entierros han sido vistos por personas que han transitado esta zona y nuestra misión es rescatar estos restos para investigarlos y ser llevados al Museo Cornelio Moyano que será su repositorio”.
Tierra huarpe, tierra sagrada
Desde el Ministerio de Cultura y Turismo de la provincia se convocó a miembros de comunidades originarias, representadas por Mimí Jofré, Mario Guaquinchay y Graciela Coz, con el fin de realizar su ritual de rogativa previo a los trabajos a realizar en suelo sagrado.
Noemí Jofré, integrante de la Comunidad Xumec Huarpe Cacique Sixto Jofré, remarcó: “Estar en este lugar, en sitio sagrado, donde se realizó un hallazgo tan importante, para los huarpes y para los pueblos originarios que habitan nuestro territorio huarpe, ha sido muy fuerte. Estoy agradecida de que nos hayan invitado a participar y poder haber venido a hacer esta rogativa, esta ceremonia para honrar a este ser que se encontró, que seguramente es milenario y que se está mostrando para decir que no solamente este es territorio huarpe, sino decirles a los pueblos que nuestros huarpes eran milenarios y que han transitado estos lugares sagrados a orillas del río, donde el agua era vida”.
La representante de los pueblos originarios agradeció a “los científicos que investigan y a los que ocupan en este momento un lugar tan importante como los museos o el áreas de Patrimonio de Mendoza”. No solo les agradeció la tarea que ha desarrollado sino también el reconocimietno, “porque muchos decían los huarpes están desaparecidos, no existen más. Yo voy por las ocho generaciones y puedo contarles la historia de nuestros ancestros con fecha de nacimiento y fecha de partida”.
Cómo era ese antiguo poblado huarpe, en barrancas y huayquerías
El departamento de Maipú posee zonas con enorme valor patrimonial y espiritual, algunas de ellas con grandes paredones donde confluyen el río Mendoza y el río Tunuyán, que, por acción de aguas pluviales, se han conformado barrancas y huayquerías.
Su valor arqueológico radica en dar testimonio de ser un antiguo poblado huarpe. En el pasado, esta zona era un bañado de agua que se alimentaba de esos dos ríos, cuyos cauces se encuentran secos en la actualidad. Este nuevo y árido escenario es lo que deriva en que esas barrancas se vayan desprendiendo paulatinamente.
En la antigüedad, el cauce de esos ríos albergaba bosques de algarrobos, molles y peces, que hacían posible la subsistencia del ser humano. A través de numerosos estudios arqueológicos, han tenido lugar hallazgos de fragmentos de piezas con un inconmensurable valor patrimonial, como casas pozo, hornillos, cerámicas y líticos, que es el material con el que trabajaban las sociedades prehispánicas. Además, se descubrieron zonas de entierros humanos y que permiten estudiar cómo vivió la gente en aquella época.