Diego Ansuini es el mendocino que tributa a Abel Pintos y en poco tiempo ha conseguido gran popularidad. El sábado 18 de junio fue su debut en Teatro: para el artista, una primera experiencia “como si fuera la vigésima”.
El imitador conversó con Vía Mendoza sobre cómo vivió la previa y el espectáculo: “nunca en mi vida había hecho teatro”, rescató.
La previa, entre pruebas y meditación
Lo primero que hicieron los músicos al llegar al Imperial fue una “suficiente y reconfortante prueba de sonido, mientras conocíamos y paseábamos por los camarines”, contó Diego.
“Todos de negro”, según los describe, los músicos “se juntaron a charlar, tomar un vinito y picar algo”. El imitador prefirió estar solo para respirar, meditar, vocalizar y pensar cómo hace más rápido los cambios de ropa.
Se cerró el telón, algunas pruebas técnicas, “preparé mis camarines y coordiné con unos amigos que fueron a filmar”, explicó. Al “ratito”, se oyó que la gente ingresó.
“Nunca en mi vida había hecho teatro y nunca había oído gente hablar detrás de un telón esperando a verme”, detalló.
“¿Algunas centenas de personas viniendo a oír la música que iba a brindarles?”, dijo en tono retórico: claro, no son temas suyos, pero igual lo sintió “tan personal” y comenzó a respirar mucho “agradecimiento”.
Confesó que no sintió nervios. Con los integrantes de la banda formaron un círculo, les agradeció y le pidió a Dios por el show. Y arrancaron.
Un espectáculo con reflexiones, en diálogo con el público y lleno de aplausos
“No hubo ninguna mezquindad en los aplausos, todo lo contrario, aplaudían con extrema generosidad”, destacó del show: desde que apareció en la primera canción, pasando por cada intervención, cambio de ropa, agradecimientos e interludios.
“Yo sabía que eran para Abel”, reconoció y agregó: “sólo desde ahí sabía que entonces eran para mí y la tremenda banda que me acompañó”, dijo.
Hubo diálogo con el público y le gustaba cuando decían algo fuerte y él podía responderles. Fue un espectáculo holístico: con reflexiones, “relevantes”, que “sé que tocaron profundo su alma”.
Fueron 20 canciones de las más pedidas de Abel, distribuídas en 4 fases con diferentes outfits. Cada etapa representaba algo, contó a Vía Mendoza: rompehielos e introducción, emoción y contemplación, novedad y agradecimiento, y alegría y fiesta.
“Mi rol era el desafío de imitar la complejidad escénica y vocal de Abel Pintos, frente a millones de personas”, explicó. Y aunque su público era menor, aprendió a “mirar al ser” y no al número.
En el frente y en el fondo, según expresó, sintió el logro: “una victoria más”.
Sobre el final, Diego, el público y las fans de Abel coincidieron: querían más
El imitador quería seguir tributando a Abel, y el público quería seguir escuchando sus canciones. No sentía cansancio, ni autoreproches, ni pérdida de control del escenario, sólo sentía “vivacidad” de estar ahí con todos ellos.
Diego pudo conocer que muchas fans de Abel estuvieron en su concierto y “aprobaron” su trabajo: una dijo “nene, nos transportaste a Abel”, aclarando que su intención no era ser condescendiente.
Otra de las fans afirmó que es el primer Tributo a Abel que le gusta de verdad. “Había varias más, y y han estado corriendo la voz en los grupos oficiales”, contó.
Cuando finalizó el show, hicieron el saludo emblemático y Diego bajó a saludar: “todo ese cariño, qué lindo”.
El artista adelantó que se vienen shows privados y apariciones especiales en eventos importantes, y un gran posible teatro para el segundo semestre. Diego aparece en sus redes sociales como: @tributoabelpintos en Instagram y @tributoabelpintosmendoza en Facebook. Su número telefónico para contrataciones es 2616051166.
El mendocino Diego Ansuini cerró: “los artistas no seríamos sin públicos tan nobles y generosos”. Terminó su noche en un bar festejando, con amigos y familiares, su primera experiencia en teatro “como si fuera la vigésima”.