Dura situación de los viñateros y bodegueros en Mendoza

El sector vitivinícola de Mendoza y el país, pequeños y medianos productores, y lo que hoy piden para superar la crisis

Dura situación de los viñateros y bodegueros en Mendoza
Pasu00f3 el 2016 y el mercado interno no reacciona. Los costos y las tarifas aumentan y afectan du00eda a du00eda al pequeu00f1o y mediano productor. El sector externo estu00e1 complicado.

Inflación y presión impositiva en cuentagotas, durante una década. Aguantó hasta el round 11, dijo "basta" y tiró la toalla hace unos meses.

Hoy por primera vez no irá al Frank Romero Day. Ama a la Fiesta, aunque esta noche ya no podrá -como los integrantes del Corso Triste de la calle Caracas, que describe Alejandro Dolina en sus Crónicas del Ángel Gris- disimular la tristeza disfrazándose de persona alegre porque la que era su bodega, en Bermejo, Guaymallén, integra la lista los ocho establecimientos vitivinícolas que por año, desde 2006, han ido desapareciendo en la provincia y el país. No es una cuestión de números.

En esa pequeña bodega que forjaron sus padres enólogos pasó cada Navidad y Año Nuevo. El caso de esta ex bodeguera (Alejandra), como el de muchos otros, que aún siguen aguantando los golpes en el ring, lleva a la siguiente pregunta: ¿hasta cuándo?

Algo que también afectó sobre todo a los pequeños productores fue la presión impositiva: concretamente el 50% de los costos se van a los impuestos. Sólo entre un 30 y 40 por ciento se destina a la mano de obra. Es decir, el productor destina más dinero al pago de impuestos que al pago de trabajadores. Y un tema recurrente: el precio del vino y la caída constante del consumo.