El edificio del Instituto Próvolo de Luján de Cuyo, Mendoza, esconde entre sus muros una de las historias más perversas de la provincia, si es que no encabeza la lista. Funcionaba en él un centro de educación religioso para menores hipoacúsicos, pero allí - también- estos alumnos eran violadas por curas y otras personas, según investiga la Justicia.
Desde que el caso salió a la luz, en noviembre del 2016 se investiga una sucesión de hechos atroces. Hasta ahora, los denunciantes son 20 pero se presume que las víctimas son más.
La comuna de Luján de Cuyo compró el edificio para hacer funcionar allí la Municipalidad. Se trata de un predio de casi 6 hectáreas que costaron 154.000.000 pesos. Una parte se pagó en efectivo y el resto en cuotas.
Para cerrar el negocio, el intendente Omar de Marchi coordinó con el obispo Alberto Bochatey -interventor del Próvolo en todo el mundo-. Esta operación fue duramente criticada y se resolvió que el dinero se destine a un fideicomiso para pagar los resarcimientos a las víctimas.
Las puertas del Próvolo volvieron a abrirse al público recién este jueves tras casi 2 años de permanecer intervenido y clausurado. Para esta ocasión, había sido limpiado. Pero el Diario Los Andes logró en mayo de este año en exclusiva hacer un recorrido por las instalaciones y las fotos podés verlas en la galería de imágenes. Había hasta vasos con jugo sobre la mesa, juguetes y equipos fonoaudilógicos.