Según destacaron fuentes judiciales, la religiosa Kumiko Kosaka intenta demostrar que existe todo un complot en su contra y que los jóvenes se han organizado y puesto de acuerdo para "armar" las denuncias que la ubican como agresora.
La religiosa japonesa está imputada y detenida en el caso que investiga la presunta comisión de abusos sexuales a chicos sordos en el instituto religioso Antonio Próvolo, situado en Luján de Cuyo.
En tanto, el abogado de la monja Carlos Varela Álvarez prefirió no referirse al tema. Mientras Kosaka pidió que se le informe el número de teléfono de todos los jóvenes que la denuncian ya que su intención es que se coteje el historial de los chats de WhatsApp y de Facebook.
Entre ellos hay menores de edad y dos testigos de identidad reservada, cuyos nombres no han sido difundidos públicamente.
Fuente: Diario Los Andes