La durísima carta del secretario del SUTE a Cornejo luego de que o mandara al "psiquiátrico"

Henríquez instó al gobernador mendocino a que pida disculpas a quienes padecen enfermedades mentales ya que esto no es motivo de burla. 

Sebastián Henríquez, titular del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (Sute).
Sebastián Henríquez, titular del Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación (Sute).

La discusión entre el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, y el SUTE (Sindicato Unido de Trabajadores de la Educación) excedió los límites diplomáticos y está cada vez más candente. La falta de acuerdo salarial entre las partes en paritarias llevó a que se "tiraran bombas" de un lado y del otro.

Tal es así que Cornejo trató de "sindicalista demagogo y mentiroso" al secretario general del SUTE, Sebastián Henríquez, y dijo que tiene que estar en un psiquiátrico. Además, aseguró que si no acatan la propuesta, el conflicto se resolverá mediante un decreto. 

Henriquez, ni lento ni perezoso, le respondió con una carta abierta en la que le exige al gobernador que pida disculpas a quienes padecen enfermedades mentales ya que esto no es motivo de burla.

También lo invita a un debate público porque "la sociedad merece más que un berrinche".

La carta completa:

Carta Abierta al Gobernador Alfredo Cornejo (antes de ir al psiquiátrico)

Como la mayoría sabe, el gobernador de la provincia tuvo la delicadeza de proponerme como usuario del servicio de salud mental de la provincia. Pero, si invierten en un psiquiátrico lo mismo que en las escuelas, prefiero esperar un poco más.

Saliendo de la ironía, quiero pedir al gobernador, públicamente, que pida disculpas. No a mí, sino a quienes padecen enfermedades mentales o tienen familiares en esa situación. El gobernador es el responsable de la política de salud mental de la provincia. Todo hace suponer que, para él, tener un problema de salud mental es motivo de burla y bullying público. Entonces, es de suponer que, en Mendoza, la política de salud mental debe ser tan pobre como la política educativa.

Finalmente, quisiera contarle a toda la sociedad que los docentes y celadores estamos sometidos a exámenes psicológicos y físicos con regularidad. Es condición excluyente. En cambio, para ser gobernador de la provincia no hace falta. Tal vez, deberíamos pensar en pedir exámenes de aptitud psicológica también para ser gobernante. O cualquier violento puede llegar a gobernador (no se preocupen, no voy a sugerir el antidoping).

Así las cosas, el gobernador despliega todos estos insultos y amenazas de decreto si las cosas no son cómo el quiere. Parece una escena de pura demostración de "quién manda". Recién este lunes 19 volvieron la totalidad de los/as docentes y celadores/as a las escuelas. Inmediatamente pusimos a consideración la posibilidad de una contrapropuesta, superadora, para avanzar en el conflicto. No queremos simplemente rechazar: queremos encontrar una solución. Tampoco especulamos con el "no inicio de clases": nos movilizamos el lunes 26, una semana antes del mismo.

Es decir, estamos haciendo todo lo posible para llegar a un punto de acercamiento. Pero el gobernador insiste: "es como yo quiero o es nada". ¿Esta es la república, el civismo, el diálogo, el cambio? Hubo un breve momento en que pensé que vivíamos en Estados Unidos porque nuestro gobernador parecía Donald Trump. Luego, cuando habla de Educación, parecemos Finlandia.

En Mendoza, hace falta #MásParaEducación. Porque, en Mendoza, no se pierden días de clases por paro: se pierden días de clases por escuelas inhabilitadas, por escuelas que se llueven, por escuelas sin agua, etc. En Mendoza, las maestras y celadores ponen de su bolsillo para la merienda que no llega a tiempo.

En Mendoza, no alcanza el personal de las escuelas y supervisiones para prevenir y atender las situaciones emergentes de violencia y adicciones. En Mendoza, no llegan todos los chicos a la escuela. En Mendoza, las escuelas son del pasado, no del futuro.

En Mendoza, un gobernador dice que la culpa de los malos salarios es de todos/as, menos de él. Los malos resultados son culpa de todos los demás, menos de él. La calidad educativa no mejora. El presupuesto educativo baja tres años consecutivos. Y, además, pretende que un celador viva por seis meses con $400 de "aumento" y un docente con $500 de "aumento".

Señor Gobernador, una vez más: tengamos un debate público sobre educación. La sociedad se merece algo más que un berrinche. No es lo que le enseñaron en la escuela, estoy seguro.

Sebastián Henríquez Secretario General del S.U.T.E .