En el caso de los hechos ocurridos en el Instituto Próvolo se establecieron políticas de carácter interministerial, junto a la Dirección General de Escuelas y el Ministerio de Seguridad, para garantizar el acompañamiento permanente del Estado a las víctimas y sus familias.
El equipo interdisciplinario que trabaja en este tipo de casos está conformado por psicólogos, trabajadores sociales y psiquiatras.
En el plan de contingencia y la estrategia de trabajo intervienen organismos de distintos ministerios, como Contingencia Social, Asistencia a la Víctima, Defensoría del paciente y hospitales, entre otros. En todos los casos se trabaja con la familia y el efector público más cercano al domicilio de la víctima.
Cuando las víctimas son menores de edad, participan en el abordaje los técnicos y profesionales del Programa de Protección de Maltrato Infantil. Si las víctimas son de otras provincias o países, generalmente se requiere la intervención de los organismos pertinentes del lugar de origen. En el caso de la tragedia de Tur-Bus, se concretaron acciones con la embajada y el gobierno de Chile.
"En estos momentos difíciles, primero sólo hay que escuchar, contener y comprender. Luego, desde lo concreto, hay que ayudar desde la atención médica, alimentación y, con un constante asesoramiento permanente, el Estado busca una presencia física y social", destacó la jefa del Programa Protección de Maltrato Infantil, Silvina Mollo.
En cuanto al trabajo de la Dirección de Salud Mental, Elizabeth Liberal manifestó: "No es que uno trate de solamente consolar el dolor en la pérdida, tenemos un equipo de contingencia que nos marca las pautas para acompañar a las familias, desde la dirección el trabajo es continuo para toda víctima o familiar que lo necesite".
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