¿Se deben desalojar los horneros o no? Todo un dilema. Las aves se han apropiado de un terreno fiscal en una de las zonas potencialmente de mayor valor cultural e histórica de la provincia. Y si bien no es una novedad que algo así ocurra, en este caso el asunto a analizar es la insolencia de los infractores, ya que no son poderosos sino una pareja de pajaritos.
Orondos, petulantes, por qué no desafiantes, los horneros (también llamados caseritas) montaron su nido en una de las dos piezas que componen la rèplica mendocina de los Caballitos de Marly de París, a metros de los Portones del Parque y a la vista de miles de personas a diario.
Marly: El dilema surge cuando se analiza el caso: ¿deben quitarlo de allí o dejarlo pasar por esta primavera?
¿Alguien teme que la prole que allí se geste siga avanzando sobre terrenos fiscales? Hay ironía en esta nota, pero la verdad es que la conservación de los monumentos encuentra generalmente en las aves (además de la polución y al ser humano) a sus enemigos principales.
Estas esculturas fueron puestas allí en 1912, y fueron un encargue que hizo a Francia el exgobernador Emilio Civit. La ficha técnica lo llama "Caballo sostenido por un palafrenero", siendo "Caballitos de Marly" la denominación usual: Autor: Berthier. Origen: Francia. De mármol de Carrara. Colocación: 9 de setiembre de 1913. Forma conjunto con otro grupo escultórico del mismo tema (no idéntico), colocado en frente. Uno personifica a un americano, el otro, a un europeo. En: Rotonda, intersección Av. El Libertador y Av. de las Tipas.