Impsa confirmó que solicitó ayuda al gobierno nacional para "encontrar una solución que le permita superar este momento crítico" y destacó que el Estado tiene participación en la empresa a través del Banco Nación y del BICE.
Actualmente, la empresa tiene una deuda de 550 millones de dólares que complica su normal actividad. "La pandemia no solo afectó las operaciones en su centro tecnológico de Mendoza sino que ralentizó los proyectos en ejecución y alteró la cadena de suministro global de la compañía que ya venía sufriendo los efectos del contexto macro económico mundial poco favorable, las sucesivas crisis del país desde 2018, la total falta de financiamiento de capital de trabajo y la inexistencia de accionistas que puedan aportar el capital necesario", indicó la empresa a través de un comunicado.
El CEO de Impsa, Juan Carlos Fernández, le envió el pasado 25 de junio una nota al ministro de Desarrollo Productivo de la Nación, Matías Kulfas, solicitando asistencia "para garantizar la continuidad de proyectos nacionales de importancia estratégica para la Argentina tales como el reemplazo de turbinas y generadores de Yacyretá y el desarrollo del reactor nuclear CAREM".
En ese texto, Fernández le recordó a Kulfas que se trata de proyectos "sin posibilidad de ser construidos por otra empresa argentina". También resaltó la necesidad de la histórica compañía fundada hace más de 100 años en Mendoza por la familia Pescarmona de "poder continuar exportando a su mercado internacional".
Impsa cuenta con más de 720 empleados y mantiene contratos con más de 100 PyMES. Además exporta su producción a más de 40 países. Pero actualmente tiene una deuda de 550 millones de dólares que complica su normal actividad. Sol.