El paraíso del quorum propio se quebró hace unas semanas, cuando dos senadores díscolos rompieron con sus discípulos de bancada, molestos por haber sido ignorados el armado de listas del gobernador para las elecciones.
Los obstáculos para el gobernador en un periodo marcado por la competencia electoral podrían ser mayores en el futuro. Ayer, sin ir más lejos, casi naufraga su intención de que se aprobara la nueva ley de Seguridad Vial que armó el Gobierno.
Raúl Ferrer, uno de los senadores rebeldes del radicalismo, chocó con su vehículo en Villa Mercedes. Venía de Buenos Aires, con la intención de llegar a tiempo para la sesión en la que, precisamente, se trataría el proyecto que busca mejorar la situación del tránsito.
El peronismo, que estaba en contra del proyecto oficialista, temió que la UCR lo acusara de aprovechar este infortunio para darle otro golpe al Gobierno. Por eso aportó para el número. El otro senador rebelde tampoco ayuda a Cornejo. Walter Soto, el sorprendente santarrosino acaudalado que viaja cada semana desde Buenos Aires para sesionar en Mendoza, ayer faltó.
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