En los últimos días, en el país fueron noticia los pedidos de prisión domiciliaria que realizaron los presos de distintas cárceles, por el avance de la pandemia de coronavirus. E incluso en algunos complejos penitenciarios realizaron importantes protestas para visualizar sus peticiones.
En Mendoza, los reos de Boulogne Sur Mer y de San Felipe se cosieron la boca e iniciaron una huelga de hambre, pero esto no bastó y se subieron a los techos para lograr que las autoridades provinciales se sentaran a negociar con ellos. Es que aseguran que en la cárcel no están dadas las condiciones para afrontar la pandemia, debido al hacinamiento que impide el distanciamiento social de al menos dos metros entre personas.
En la provincia son alrededor de 4.860 los presos, sin embargo 400 están en condiciones, en caso de ser condenados, de solicitar la prisión domiciliaria. Pero, solo 250 presos reclamaron la libertad condicional o domiciliaria porque presentan enfermedades que los hacen más vulnerables ante el avance del Covid-19.
De acuerdo con fuentes judiciales consultadas por diario El Sol, en promedio, hicieron lugar a dos de cada 10 requerimientos. Así, algunos homicidas y hasta abusadores sexuales lograron salir de la cárcel para estar monitoreados en sus hogares.
Los pedidos que fueron rechazados es porque los presos no cumplen con los requisitos básicos, más allá de que integren los grupos de riesgo, según indicaron los jueces Sebastián Sarmiento y Mariana Gardey.
A la hora de otorgar la modalidad domiciliaria analizan el tipo de delito, el costo social que esto implica, informes internos, psicológicos y hasta la cantidad de tiempo que les resta para el cumplimiento de la pena, entre otros aspectos.