Desde hace unos días, personas privadas de su libertad, alojadas en los complejos penitenciarios de Boulogne Sur Mer y San Felipe, producen barbijos para colaborar en evitar que el virus COVID-19 se propague en nuestro país, según informaron las autoridades del Ministerio de Seguridad y del Servicio Penitenciario provincial.
Para ello, acondicionaron los talleres de producción y capacitaron al personal penitenciario y a los internos participantes. Para llegar a la producción en cadena se necesitó además contar con las medidas de protección, como cofias, camisolines y guantes, que permitieran elaborar un producto de calidad.
Actualmente, cerca de 30 personas trabajan en estos talleres y de acuerdo con los protocolos recomendados por los especialistas teniendo en cuenta espacio del que disponen. Además, no descartan la posibilidad de fabricar este tipo de elementos u otros en la Unidad Penal de Mujeres de El Borbollón, el complejo Almafuerte y las dependencias ubicadas en San Rafael.
Desde la institución que nuclea a las cárceles, agradecieron a la empresa Calzados Cuyo, que tiene su fábrica dentro del penal y puso a disposición las maquinarias que sirven para en corte y cosido de los barbijos, lo cual significa además un ahorro considerable al Estado, al evitar la compra de este tipo de productos a empresas privadas.
Estas acciones del Servicio Penitenciario se suman a las establecidas desde el comienzo de la lucha frente esta pandemia a nivel nacional, como la suspensión de las visitas y la concientización sobre la importancia de que quienes se encuentren alojados tomen estrictas medidas de limpieza dentro de los módulos, pabellones y celdas.
"El objetivo principal consiste no solo en el de mantener la seguridad, debemos salvaguardar la salud de las personas privadas de libertad y del personal penitenciario tomando medidas que sirvan para evitar el contagio", informaron.