El cambio climático y la emergencia ambiental hicieron que un grupo de mendocinas decidiera sumarse a la iniciativa "Llena una botella de amor". Este proyecto de reciclaje nació en Colomboa y se ha extendido por distintos países, entre ellos Argentina.
La propuesta consiste en juntar residuos plásticos que usamos a diario e introducirlos en botellas o bidones para que luego sean trasladadas a plantas de reciclaje que se dedican a crear madera y eco-ladrillos en base a lo recolectado.
Las mendocinas que tomaron la posta son: Belén Falappa, Contadora Pública y Perito Partidor; Angie González, estudiante de Derecho (Universidad de Mendoza); Carla Domínguez, Odontóloga; Guadalupe Molina, estudiante de Ingeniera Agrónoma (UnCuyo); Amparon Plana, estudiante de Psicología (UDA); Paulina Cantú, estudiante de Turismo (UnCuyo); Milagros Varas, estudiante de Contabilidad (UnCuyo).
"La idea nos pareció genial. La vimos en distintas partes del continente y del país y nos pareció de vital importancia replicarla en nuestra provincia. Es preocupante ver la cantidad de residuos que hay en las calles, parques e incluso en nuestra emblemática montaña", expresó Belén a MDZ.
En octubre comenzaron con la idea de juntar botellas e hicieron un acuerdo con la Planta Madera Plástica Mendoza, ubicada en Junín, para llevarles las recolecciones. Esta empresa el año pasado revolucionó la industria vitivinícola al poder incorporar el uso de plásticos reutilizables y finalmente elaborar madera plástica para postes de viñas y mangueras por goteo. Además, también son fabricados 500 eco-ladrillos por día.
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