Pocos saben que en Mar del Plata existe un grupo de autoayuda para obesos que funciona desde el año 1976.
Este 9 de noviembre, el “Grupo de Ayuda para Obesos Santa Ana” cumple 45 años de trayectoria en la ciudad y a través del tiempo siguen con su filosofía inicial: bajar de peso sanamente.
La organización funciona sin fines de lucro, cuenta con el respaldo de profesionales en nutrición (Dra. Ester Ruíz) y psicología (Lic. Marcela Ledesma). El grupo se reúne todos los días martes en el salón comunitario de la Parroquia Santa Ana de calle Primero de Mayo 610 –casi Ituzaingó- de 15 a 16.30 y de 18.30 a 20hs.
Luego de la pandemia regresaron a la presencialidad de las reuniones, con el cumplimiento de todos los protocolos vigentes.
Desde la corrdinación del grupo afirman que “lo nuestro no es una dieta, es un plan de alimentación, un incentivo a la actividad física y un acompañamiento en cambios de vida para bajar de peso”.
En dialogo con Vía Mar del Plata, Susana Salgado, coordinadora del grupo, explicó que es el primer grupo de autoayuda que se creó en la ciudad y todavía hay gente de esa época trabajando con ellos.
Susana se sumó al grupo con 160 kilos. “Siempre digo que si esa mañana no me hubiera levantado y decidido volver al grupo (porque como todos los gordos, algún día fui, bajé de peso, me fui creyendo que me las sabía todas y regresé con veinte kilos extra) no estaría viva. En la actualidad tengo 60 kilos menos. Se puede y eso te hace levantar el ánimo, es una pelea día a día”, relató.
¿Cómo afectó al grupo la pandemia?
“Fue un cambio muy grande el que se vivió con la pandemia para nosotros, pero estamos saliendo fortalecidos de ella”, afirmó Susana.
“Durante la pandemia, la mayor parte de la gente aumentó de peso. Hay gente que se dejó de hacer estudio y de cuidarse. Nosotros aconsejamos siempre ir al médico”, agregó.
Y aseguró que “la obesidad es la madre de muchas enfermedades”, por eso destaca la necesidad de realizar una alimentación saludable y actividad física.
“Hoy hay alrededor de 60 o 70 personas. Todavía hay algunos que tienen temor de volver a la presencialidad así que se hacen reuniones por Zoom. Las hacemos con todos los protocolos, respetando distanciamiento, tapabocas, ventanas abiertas y el alcohol en mano”.
El grupo se mantiene en actividad gracias a las propias contribuciones de sus integrantes, quienes realizan un aporte voluntario a la parroquia para pagar los servicios básicos: agua, luz y gas. “El que quiere y puede colabora. Nunca va a ser el dinero un impedimento para que nosotros sigamos”, remarcó.
Una enfermedad que se esconde en la sociedad
“El mecanismo de negación de la enfermedad es muy fuerte. Yo sabía que estaba gorda pero estaba convencida de que los asientos de los colectivos los estaban haciendo más chicos. Hoy, viéndolo a través del tiempo parece ridículo pero ese es el mecanismo de negación. Negamos sin darnos cuenta. Hay gente que nos pregunta cómo llegamos a eso y no nos damos cuenta de cómo llegamos. El gordo no es mentiroso, tiene el mecanismo de negación muy activo pero en ese momento, el mecanismo se abre y es cuando se hace el click”, explicó Susana.
Ley de etiquetado, un principio de solución para cuidar la alimentación
Esta semana se aprobó la ley de etiquetado y desde el grupo aseguran que puede traer beneficios. “Nosotros siempre dijimos que teníamos que aprender a leer las etiquetas. Si no consigo el producto que llevo siempre, empiezo a leer todo lo que tiene. A veces cuesta más, pero uno más o menos debe tener una noción de qué es lo que tienen, entiendo que no toda la gente está acostumbrada a hacerlo. Todo lo que sea informativo está bien. A veces engañan en los productos con palabras y porcentajes que confunden intencionalmente. En el grupo aprendemos mucho sobre alimentación y cocinar sanamente”, enfatizó.
Para comunicarse con el grupo pueden hacerlo a través de sus redes sociales (Facebook o Instagram) además de los números de teléfono: (Whatsapp- 2235746867) y 4724698.