María Lía Dalponte perdió a su hijo en enero de este año y el único imputado por su muerte, ahora trabaja al lado de su casa (fue contratado por la Municipalidad de Mar Chiquita) y ella, además de lidiar con el dolor y esperar a que la justicia deje firme la sentencia por Homicidio culposo agravado, ahora tiene que ver al responsable de la tragedia todos los días.
El Balneario Parque Mar Chiquita, es una localidad costera de la Provincia de Buenos Aires, perteneciente al partido homónimo y se encuentra en el km 483 de la Ruta Provincial 11 (a 30 kilómetros de Mar del Plata). La tranquila localidad quedó convulsionada por una tragedia que ocurrió en enero de este año en un hecho que no es común en esa zona y donde la justicia parece mirar para otro lado.
El viernes 9 de enero de este año, alrededor de las 21hs, un Citroën que circulaba por la avenida San Martín, atropelló y mató a un hombre. Según un testigo, el vehículo conducido por un bombero voluntario del Cuartel de Costa Norte, circulaba a gran velocidad y por el impacto, la víctima “voló” varios metros.
El conductor del Citroën C4 de 39 años, colisionó a un hombre de 41 en San Martín a la altura de Sarmiento y como consecuencia le provocó la muerte en “forma instantánea”, según el certificado del médico de la Unidad Sanitaria que trabajó en el lugar.
En el hecho tomó intervención la Fisalía Nº 11 de la ciudad de Mar del Plata a cargo del Dr. Arévalo en una causa que finalmente quedó caratulada como homicidio culposo agravado.
“Yo salí por la explosión que escuché. Venía a más de 100 por hora, agarró a un pibe que iba a la farmacia y lo reventó. Voló más de treinta metros”, aseguró un vecino que vive en el lugar del accidente, en declaraciones al portal El Ciudadano.
Sin embrago, luego se estableció que el hombre que perdió la vida, “había salido a correr” se trataba de Santiago Gómez Dalponte, el único hijo de Lía Dalponte quien había aprovechado las vacaciones de verano para ir a visitar a su madre y acostumbraba salir a realizar actividad física.
Santiago Gómez Dalponte era fotógrafo y su trabajo lo llevó a recorrer varios países pero cada vez que podía regresaba a su querido Balneario Parque Mar Chiquita para estar con su familia y retratar con su cámara el paisaje que brinda la naturaleza de este distrito. También aprovechaba para salir a correr por sus calles ya que la tranquilidad del pueblo hacía de este un lugar propicio para la actividad física pero en una de esas salidas, no regresó. Un automovilista le quitó la vida y su madre, que lo esperaba con la cena lista todavía no puede entender que después de tantos viajes de su hijo, la muerte lo esperaba a pocas cuadras de su casa.
Aquel 9 de enero, un bombero de la localidad atropelló y mató a Santiago a pocos metros del destacamento policial de Balneario Parque Mar Chiquita. Según las pericias, el conductor del auto conducía a más de 120 kilómetros por hora en un pueblo donde la máxima es de 40 y más aún en una zona donde hay controles policiales. La excusa de acudir a una emergencia por su rol de bombero no alcanza para entender el dolor de una familia.
¿Atender una emergencia justifica provocar una tragedia?, es una de las preguntas que todavía se hacen los seres queridos de Santiago y los vecinos de la localidad marchiquitense.
Mientras Lía espera que se haga justicia, un siniestro giro del destino (acompañado por una polémica decisión de la Municipalidad de Mar Chiquita) la obliga a ver al responsable de la muerte de su hijo, todos los días.
La delegación de Balneario Parque Mar Chiquita, contrató al imputado para trabajar en un taller mecánico que queda al lado de la casa de su víctima. María Lía Dalponte atraviesa por una situación angustiante y no sabe a quién recurrir para poder dejar de vivir ese calvario.
En dialogo con Vía Mar del Plata, Lía relató su situación en el mismo día en que se cumplieron siete meses del siniestro vial que le cambió la vida.
“A siete meses de la muerte de mi hijo veo las cosas de manera muy diferentes a lo que fue en el momento. Me siento totalmente desamparada, porque volviendo atrás y leyendo las declaraciones de los testigos me doy cuenta de que el Estado a mí no me acompañó ni me protegió, cuando fue el homicidio de mi hijo a mí no me vino a avisar ningún organismo oficial, vivimos en un pueblo muy pequeño, de 500 habitantes, dos personas le dieron a la policía mi teléfono, igual vivimos a pocas cuadras y nadie me avisó”, relató la mujer a Vía Mar del Plata.
Y agregó: “Sin embargo, el homicida quedó adentro de la comisaría y pudo ir el abogado, la familia, los amigos, pasaron muchas cosas esa noche. Se juntaron partes y cosas como para querer empañar algo, esto no lo digo yo, está dentro de la causa. Ahora el dolor por la pérdida de mi hijo es inmenso pero el dolor porque un organismo municipal tenga la necesidad de acoger y abrazar al homicida es más grande”.
“Por supuesto que M…D… tiene derecho a trabajar pero ¿justamente en mi casa?, justamente la municipalidad, que nunca se acercaron a darme el pésame. A una vecina le matan el hijo y ningún organismo del gobierno vino a darme el pésame, a mí me abrazaron mis vecinos y mis amigos y ahora le brindan un trabajo a M… D…, me parece totalmente injusto, pero bueno, es injusto todo”, declaró.
Dalponte también afirmó: “Estoy movilizada, no porque se cumpla un nuevo mes de la muerte de mi hijo –eso me moviliza todos los días- estoy movilizada por la situación porque ver con qué impunidad se mueve esta persona que, más allá de que tenga sentencia firme o no, hay algo que está probado: es un homicidio, culposo agravado y eso no se va a modificar, está probado que él cometió un homicidio, es realmente muy duro y esperaré la justicia de los hombres”.
Por último, enfatizó: “El acompañamiento que tengo de los vecinos, la comunidad y mis amigos es lo que me sostiene, Santiago era mi único hijo”.