Hace tres semanas se cumplieron 38 meses del hundimiento del buque Repunte y los familiares de los tripulantes volvieron a denunciar que, pese al paso del tiempo la falta de entrega de los certificados de presunción de fallecimiento les impide acceder a una pensión y a cobrar los seguros. En las últimas horas se dio a conocer la historia de Silva, esposa de uno de los tripulantes: tras quedarse sin trabajo en medio de la pandemia tuvo que abandonar con tres de sus hijos la casa en la que vivió durante 21 años. “Sólo necesito que me firmen un papel”, expresó.
El sábado 17 de junio de 2017, el Repunte se hundió a la altura de Rawson. Desde ese día, los familiares de los tripulantes desaparecidos -que habían embarcado dos semanas atrás- reclaman justicia y padecen la burocracia y vacíos legales de la causa.
Silvia, esposa de Marcelo Islas, se acuerda de ese día como si hubiese sido ayer. Marcelo, su compañero durante 24 años y el padre de sus cuatro hijos, había abordado el barco de la empresa Ostramar SA con un único fin: hacer una diferencia económica que les permitiera, en el corto o mediano plazo, cumplir el sueño de la casa propia. Si bien toda su vida trabajó en el puerto, era la primera vez que iba a la pesca de langostino y toda la familia había asumido que durante cuatro meses iba a estar ausente. Hasta que llegó el llamado que anunció la tragedia. El Repunte regresaba a Puerto Madryn para descargar langostinos y, producto de un fuerte temporal, se hundió a unas 36 millas náuticas del norte de Rawson. Sólo dos tripulantes sobrevivieron a la fatalidad. Ese día fallecieron tres marineros y otros siete aún siguen desaparecidos.
Hoy, a casi 39 meses del naufragio, Silvia y otras cinco viudas, siguen a la espera de un trámite judicial para poder cobrar sus pensiones. Pero su situación es más complicada que la del resto: sin trabajo y con dos hijos menores de edad a cargo, este fin de semana debió abandonar la casa del barrio Las Avenidas en la que vivieron los últimos 22 años porque ya no podía pagar el alquiler. “Se me fueron acumulando meses de deuda, además de los impuestos, y me tuve que ir”, contó este lunes.
Después de regalar los muebles más grandes -el juego de dormitorio, el del living y el lavarropas-, Silvia y sus hijos de 13 y 15 años se fueron a vivir a la casa de una hermana. Hasta marzo, cuando se inició la cuarentena, limpiaba casas por hora. En julio consiguió un trabajo como cuidadora de una mujer de 88 años pero a principios de agosto, con el recrudecimiento de la pandemia, los familiares de la anciana prefirieron no correr riesgos y le dijeron que no fuera más. Ahora, Silvia subsiste gracias a la ayuda de sus hijas más grandes, según informó el portal 0223.
En concreto, lo que Silvia y las otras viudas del Repunte necesitan es que el juzgado federal que interviene en la causa por el hundimiento del barco les otorgue el certificado de presunción de fallecimiento de sus esposos para poder cobrar la pensión. “Esa es la situación en la que estamos cinco mujeres de Mar del Plata y otra de Puerto Madryn”, especificó.
Según dijo, en su caso, inició el trámite correspondiente al cumplirse 13 meses del naufragio, pero todavía sigue sin noticias. “Ya llevo 26 meses de espera y a eso hay que sumarle que, cuando llegue el papel, vamos a tener que esperar otros seis meses para cobrar la pensión. Mi situación hoy es esta por la justicia, que no me da un papel. Estoy completamente desamparada”, lamentó.
A bordo del Repunte, además de Islas, iban embarcados Julio Guaymas (39), Gustavo Antonio Sánchez (47), Horacio Airala (68), Silvano Luis Coppola (59), Lucas Ezequiel Trillo (35), Jorge Luis Gaddi (47), José Homs (57), Jorge Omar Arias (41), Isaac Cabanchik (35), Fabián Samite (31) y Néstor Fabián Paganini (44).