El encuentro se dio en las escalinatas de la Iglesia Anglicana “Catedral San Juan Bautista” de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (C.A.B.A), a 200 metros de Plaza de Mayo. Según el pronóstico se esperaba un día lluvioso, pero el sol salió para darle la luz y el calor que se merecía la cita.
Las Veteranas y los Veteranos argentinos esperaban la llegada de la comitiva de Veteranos ingleses, quienes se iban a ver y compartir algo por primera vez en la historia, dentro de un entorno formal. Cuando llegaron, solo bastó un apretón de manos para darle la bienvenida a aquellos que pertenecieron al bando opuesto en 1982. Seguido al apretón de manos, llegaron las lágrimas que humedecieron sus ojos.
Esta reunión se dio dentro del marco de los 40 años de la Guerra de Malvinas y juntó a este contingente para rendirles homenaje a los Caídos en Combate de ambos países. La iniciativa fue de la Asociación Civil “La fe del centurión”, una agrupación de laicos que acompaña a los Veteranos y sus familias, a los familiares de los Caídos en Combate y de los fallecidos en posguerra. Desde la agrupación se reveló que, “Este encuentro es un gesto para el mundo”.
Si bien desde hace muchos años, Veteranos de Guerra y Excombatientes, de ambos países, se reunieron de manera informal, es la primera vez que lo hacen de manera planificada y con representantes de ambos gobiernos. Ambos lados tuvieron la necesidad de compartir y apaciguar el dolor que dejó el enfrentamiento en ambos lados.
La guerra, la muerte en combate, los suicidios, las enfermedades, los traumas mentales y los vacíos sin llenar que se produjeron en los combatientes y su entorno. Todo eso fue lo que motivó a estas personas a dejar de lado los intereses políticos y encaminar la situación por el lado humano, y así poder orar por ellos.
Medialunas y café porteño fueron acompañados por scones, platos dulces y salados, momentos antes de la reunión espiritual. Así comenzaron los primeros momentos donde los integrantes de ambos contingentes comenzaron a descubrirse, conocerse y confraternizar, aunque algunos se habían visto días antes en la Embajada Británica, situada en Barrio Norte de C.A.B.A. y otros se conocían de antes. Pero nunca se habían reunido en este contexto. Alguno de los presentes oficiaba de traductor y de ese modo, la conversación fue posible.
Según se pudo saber, hubo una misa donde representantes de la fe católica y anglicana, dieron la palabra y compartieron, a su modo, mensajes de paz y unidad. Esta ceremonia tuvo la participación de la Guardia Escocesa de Buenos Aires, quienes ingresaron al templo religioso portando banderas de Argentina y Reino Unido, y marchaban al son de las gaitas. Todas las actividades preparadas llevaron dos días, donde aparte del oficio religioso, compartieron un retiro espiritual y un asado en la localidad bonaerense de Lujan, en la zona oeste. También aprovecharon el momento para elevar sus plegarias por la guerra en Ucrania y pidieron por el cese del fuego.
Lo llamativo del encuentro fue que, ambos contingentes, entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino, canciones de paz y luego entonaron las estrofas del Himno Británico. Realmente fue un encuentro de paz, respeto y amistad, tal cual lo había pensado Geoffrey Cardozo, el oficial británico que se ocupó de identificar a los “Soldados argentinos solo conocidos por Dios”. En esta oportunidad, en un entorno espiritual con la presencia del Espíritu Santo y de Dios, pudieron sanar heridas del alma. Realmente fue un encuentro que dio un ejemplo al mundo, donde representantes de las Fuerzas Armadas, organizaciones biculturales y miembros de la Embajada Británica, acompañaron en todo momento a estas personas.