En un acto junto a funcionarios salteños se realizó la colocación de una placa en donde están impresos los nombres de los 34 salteños Caídos en la Gesta de Malvinas, en el templo San Juan Bautista de la Merced perteneciente a la Parroquia Nuestra Señora de la Merced en la Ciudad de Salta.
Se ubica al lado de la Cruz que el General Manuel Belgrano ordenó emplazar sobre la tumba en donde fueron sepultados los cuerpos de todos los muertos en la Batalla de Salta con la leyenda de "ni vencedores ni vencidos".
La iniciativa fue hecha realidad por el grupo "Patricio Guanca" integrado por ex alumnos de la Escuela de Mecánica de la Armada.
Recordado por su gran heroísmo, el Cabo Patricio Guanca estaba en la corbeta Guerrico, frente a Gritvyken, en la Isla San Pedro, en las Georgias del Sur. El 3 de abril de 1982 desembarcaron infantes de marina argentinos para recuperar dicho territorio de manos inglesas.
Las tropas inglesas atacaron a un helicóptero Puma del Ejército Argentino con fuego de ametralladoras, averiándolo y matando a dos infantes argentinos: Mario Almonacid Vargas (chileno naturalizado argentino) y Águila. Ante el difícil momento que estaban atravesando las tropas en tierra, el capitán de la Guerrico hizo ingresar su nave en la Caleta Capitán Vago, con la intención de disparar su artillería en contra de las posiciones británicas y auxiliar a sus compatriotas.
La corbeta abrió fuego con sus armas, pero las mismas se trabaron, lo que obigó al buque a pasar indefenso por delante de los ingleses. Estos dejaron de disparar en contra de la infantería y se dedicaron a ametrallar a la Guerrico, que recibió más de doscientos impactos en su casco mientras intentaba virar para poder apuntar con su armamento instalado en su otra banda.
En ese momento Patricio Guanca fue alcanzado mortalmente por las balas inglesas y cinco compañeros más resultarían heridos junto a él. Una vez que cambió su posición, la corbeta pudo reiniciar el fuego, lo que ocasionó heridas en un cabo de los Royal Marines y persuadió a los ingleses de que era inútil continuar resistiendo, por lo que se rindieron.
Ellos enfilaron directamente al enemigo, ofreciéndose en sacrificio para salvar la vida de sus compatriotas que combatían en tierra, lo que engrandece aún más su figura de héroe.