En la final, jugada ante una verdadera multitud, superaron a Leonel Aguirre y Cristian Ozán 6-4, 5-7 y 6-4 en una hora y media vertiginosa. Cayeron en semifinales por un lado el número 1 Pablo Barrera y el 5 del ranking Matías Del Moral.
Ya en domingo el presagio de mal tiempo se convertía en realidad. Densos nubarrones se apoderaron rápidamente del cielo riojano y la lluvia llegó luego de tanto tiempo. Sin lugar a dudas la esperada lluvia vino para beneplácito de muchos pero no para la organización del importante evento de pádel.
La primera semifinal enfrentaba al dueño de casa, Pablo Barrera junto al cordobés Nicolás Egea ante Aguirre y Ozán, un partido que se repite siempre en el circuito y que en su estadística marca paridad. Comenzó al aire libre, en pasto sintético y culminó en cancha cerrada y cemento.
Los números finales del partido indican que la superioridad del “tolito” y el puntano Ozán fueron contundentes (6-3, 6-3) en una hora de juego, mitad en el “Lawn Tennis”, mitad en “Cristal”. La otra semi, concretada en su totalidad en escenario indoor, el otro crédito local Matías Del Moral (5 del ranking argentino y recién llegado de Europa) junto al salteño Maxi Arce Simo, cayeron ante Chiostri-Alfonso 6-3 y 6-4 en 53.
La gran final
Ya sin riojanos, el match final, contó con un marco espectacular. El primer segmento tuvo un dueño: Chiostri-Alfonso. Impusieron ritmo, dominio y contundencia. El 6-4 en 25´ logrado en el primer set ya marcaba algo.
En el segundo capítulo se acentuó el dominio y parecía que la definición llegaría pronto. El 4-1 del segundo set indicaba el cierre con un dominio absoluto de Chiostri y Alfonso. Pero no pudieron cerrar y eso significa que al límite de la derrota Aguirre y Ozán mostraron todos sus atributos de carácter y juego para ganar 5 games consecutivos.
El set cambió radicalmente, Alfonso “se fue del partido” y ante esa debilidad “el tolito” y Cristian provocaron una remontada épica ganando el parcial 7-5. En el tercer set ya el trámite se equiparó y el binomio en cuestión no pudo sostener ni su vértigo ni su mejor versión física.
Lo aprovecharon el nicoleño y el cordobés. Recordaron sus pasajes de calidad y la intensidad logradas, despejaron dudas, borraron sus fantasmas y terminaron dominadores luego del torbellino en el cual cayeron. La velocidad de Chiostri, la calidad de Alfonso no exenta de potencia en sus remates profundos y definidores, marcaron el latir del encuentro. Partidazo final, digno de un torneo bien organizado y que contó con amplia presencia del pádel riojano.