El crimen en el que un hombre asesinó a la pareja de su ex mujer, fue noticia el fin de semana, ya que el hecho sucedió el sábado por la mañana. Pero una de las características principales fue que la mujer tuvo que ser internada tas haber sido drogada, pero ni bien se mejoró recordó cómo sucedió todo.
Se trata del crimen ocasionado por Gabriel Adrán Landívar, un remisero de 59 años que atacó a Fernando Waldemar Torres Guerra, la pareja uruguaya de la mujer.
Según lo relatado por los testigos, la tortura comenzó en la casa ubicada en la calle 140, entre 48 y 50, en el barrio San Carlos, desde la noche del viernes 5 de octubre. En la que se hizo presente el delincuente mientras en la casa estaba la mujer con su actual pareja que había venido de visitas de Uruguay.
Su presencia los sorprendió, aunque según contó la mujer, ya había sido amenazada por él. "Mientras estés vos acá y él en Uruguay, todo bien. Si viene, la cosa va a cambiar", le habría advertido.
El delincuente ingresó con un arma en la mano y una bolsa de nylon, y según lo relatado por la testigo, en ese momento, el hombre dijo: "ahora si empezó la fiesta".
Enojado y celoso por ver a su exmujer con otro hombre, el remisero le habría reprochado a su expareja que se había planchado el pelo para ver a su nuevo novio, y que para él nunca lo había hecho. "Te planchaste el pelo. ¡Mirá cómo se produce para vos! Para mí nunca te pusiste así".
Acto seguido, Landívar sacó una botella, precintos, pastillas, una picana y guantes de goma, obligó a los presentes a tomar una droga mientras los insultaba y luego atacó al hombre.
Tn aseguró que en la reconstrucción de los hechos, las autoridades determinaron que el acusado arrancó la manguera de gas de una estufa, hizo un alargue y se la acercó al novio de su ex, a quien ya le había puesto la bolsa de nylon en la cabeza. Sin embargo, el informe preliminar de la autopsia determinó que el hombre murió por ahorcamiento. "Con un brazo rodearon su cue
Luego de la masacre, y mientras la mujer ya estaba desmayada, el hombre huyó y cuando la Policía llegó a la escena del crimen, Guerra Torres ya estaba muerto.
Por su parte, el acto no sólo habría sido producto de celos hacia la pareja de su exmujer, sino también por temor a no volver a ver a sus hijos, ya que cuando lo detuvieron, el delincuente dijo que había sido un "tema familiar".
El remisero quedó imputado por homicidio agravado con alevosía de Guerra Torres y lesiones leves agravadas con alevosía a su exmujer. Pero desde la UFI N°8 adelantaron que podrían agravar la calificación. Ya en la comisaría, al acusado le colocaron bolsas de papel en sus manos para resguardar las posibles muestras de ADN, que serán utilizadas en la investigación.
