Dos nuevos testigos responsabilizaron a Nicolás Pachelo, principal acusado del homicidio de María Marta García Belsunce, por un violento robo ocurrido en 2003 en un departamento en Recoleta, en el cual un hombre ingresó armado y amenazó a la madre de uno de los mejores amigos del imputado.
Se trata de Marta María Areco (75) y su hijo Gastón Auge (46), quienes declararon en el marco de la 28a.audiencia del juicio por el crimen de la socióloga, que está a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de San Isidro.
El testigo Auge le dijo a los jueces Federico Ecke, Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin que tiempo después del asalto en el departamento de su madre, ocurrido el 13 de septiembre del 2003, Pachelo le confesó: “El responsable del robo de la casa de tu mamá, fui yo”.
Esa noche, Areco se encontraba sola en su departamento cuando un hombre encapuchado ingresó armado y la amenazó para que “le entregara la caja fuerte y dinero”, para luego encerrarla en el baño.
“Era una persona más alta que yo, fuerte, no pude verlo porque estaba vestido oscuro y lo único que le vi fueron los ojos”, explicó María Marta Areco, quien tiene la particularidad, además del mismo nombre de la víctima, de haber nacido un 27 de octubre (día del crimen de García Belsunce) y que jugaba al tenis, al igual que la socióloga asesinada.
La mujer afirmó que el arma que le pusieron en la cabeza “era de verdad” y dijo que antes del hecho no conocía personalmente a Pachelo y que recién vio una foto suya en el inicio de este juicio, y que entonces “se impresionó mucho”.
Minutos antes, su hijo, Gastón Auge relató el momento en que se enteró por boca del propio Pachelo, que era su amigo, quien había sido el responsable del robo sufrido por su madre.
“Nicolás Pachelo me confesó el robo. Me llamó, entré en su auto y llorando me dijo que tenía problemas con el juego, que no tenía para darle a comer a sus hijos y que el culpable del robo a su casa era él. Tuve un cúmulo de sensaciones, era uno de mis tres mejores amigos. Me dijo que mandó a dos personas de Pilar, que les pidió que no corriera peligro mi vieja porque si le pasaba algo, se entregaba”, relató.
Auge le dijo al tribunal que lo único que sintió en ese momento decirle a Pachelo es que trate de cambiar “porque si seguía así iba a terminar mal”, y que ahí nunca más lo volvió a ver.
Por el robo en el departamento de Areco y otros cinco robos, Pachelo fue condenado en un juicio abreviado a la pena de tres años y tres meses de prisión por el TOC 15 de la Ciudad de Buenos Aires.