En circunstancias que la Justicia ya investiga, dos internos de la Unidad Penal N° 1 de San Salvador de Jujuy murieron durante el motín -y presunto intento de fuga- protagonizado el jueves por un grupo de reclusos que demandaban respuestas a diversos reclamos y que fue desactivado a partir de un acuerdo alcanzado con el juez de Ejecución Penal de Jujuy, Emilio Carlos Cattan.
Entre las cuestiones centrales a desentrañar está la incógnita de quiénes son los autores responsables de las muertes de los reclusos Marcelo Montenegro y Dardo Vicente Yapura, y cuáles fueron las circunstancias en las que perdieron la vida.
Pero también deberá establecerse el verdadero origen de la revuelta, ya que si bien en un principio se mencionaba la preocupación de la población carcelaria por una eventual ola de contagios que podría haberse desencadenado por un efectivo penitenciario que dio positivo a Covid-19, el tema no figura en el escrito con el que se dio por terminada la protesta.
En diálogo con el juez Cattan los internos hicieron saber que sus demandas se orientan a pedidos de libertades condicionales, domiciliarias y asistidas, mientras que familiares que permanecían el jueves en las inmediaciones del Penal hablaban de problemas en la alimentación y la higiene de los reclusos por la imposibilidad de entregarles víveres y elementos de limpieza por cuanto durante la pandemia el régimen de visitas ha sido suspendido, como medida de prevención para que el coronavirus no ingrese al sistema carcelario provincial.
En este sentido, el jefe del Servicio Penitenciario de Jujuy, Daniel Chaile, se mostró tajante al asegurar en declaraciones radiales que lo del jueves en la UP N°1 "fue un intento de fuga, no tuvo nada que ver con la situación sanitaria relacionada al coronavirus".
Ese intento resultó infructuoso y en cambio el saldo fue los dos internos fallecidos y veinte heridos y contusos, que vuelta la calma al penal fueron derivados a los hospitales "Pablo Soria" de esta capital y "Wenceslao Gallardo" de Palpalá. Ninguno reviste gravedad y hasta este mediodía sólo cuatro permanecían internados.
Presuntamente iniciado con una huelga de hambre, el motín se desató cerca de las 15:00 en el establecimiento penal ubicado en el ingreso a la ciudad en la zona sur, en el barrio Gorriti de esta capital, cuando los detenidos llegaron hasta los techos de la cárcel.
Desde allí, mientras algunos blandían facas y otros se cubrían con chapas extraídas de los techos, los líderes de la protesta vociferaban que había internos heridos y reclamaban la presencia de un juez para hacer conocer sus reclamos.
En un informe oficial, el Servicio Penitenciario de Jujuy comunicó que "internos de distintos pabellones iniciaron focos de incendios, luego controlados", al tiempo que se confirmó "el fallecimiento de dos internos por causas que se encuentran en investigación por parte de la Fiscalía interviniente.
Durante la tarde unos 75 internos alojados en los pabellones 5 y 7 iniciaron los incidentes en el marco de una huelga de hambre que había comenzado al mediodía y se agravó con el pasar de las horas con la quema de colchones incluso arriba de los techos.
Activadas las alertas, entró en acción el cuerpo antimotines del Servicio Penitenciario, cuyos efectivos rodearon el penal para intentar reducir a los detenidos, momento en que comenzó a escucharse disparos de balas de goma y los gritos de los sublevados.
Poco después, mientras agentes penitenciarios dialogaban en los techos con los internos, llegaron al lugar el ministro de Seguridad Ekel Meyer, el jefe de Policía designado Guillermo Corro y el juez Cattan. Entabladas las conversaciones, la tensión comenzó a descomprimirse hasta que cerca de las 18:30 cuando el magistrado firmó un acta acuerdo con los sublevados con la intención de controlar el conflicto.
"Hemos hecho lugar a los pedidos de los amotinados", dijo poco después en diálogo con los familiares de los internos, en las afueras de la Unidad. "No habrá represalias con los reclusos", comprometió asimismo.
Cattan detalló que los pedidos puntuales de los detenidos "son referentes a los libertades asistidas, condicionales, las prisiones domiciliarias", garantizó que "no van a tener ningún problema con respecto a lo que pasó ahora" y recomendó a los familiares accionar mediante sus abogados.
También afirmó que "no hay internos con coronavirus" y remarcó que la firma del acuerdo con los sublevados significó sendos compromisos de cese de la protesta y dar curso a los pedidos judiciales tramitados por los representantes legales de las personas que cumplen con prisiones preventivas y los condenados.
Por su parte, los familiares señalaron que "si hay un motín es porque realmente no les dan la comida como corresponde" y denunciaron "que no se les entrega" las provisiones que les envían.
Reclamaron asimismo que "se informe" sobre casos de contagio de coronavirus que presuntamente habrían reportado trabajadores del Servicio Penitenciario.
En el informe diario del Comité Operativo de Emergencia (COE), hubo un segmento en el que las autoridades se refirieron a los sucesos producidos en Gorriti.
https://youtu.be/VS5fWriGtPs
En ese marco, el ministro de Seguridad Ekel Meyer expuso que desde el pasado lunes están implementadas medidas preventivas más rigurosas en la Unidad Penal del barro Gorriti, tales como aislamiento de personal que tuvo contacto con un caso positivo -que no ingresó al establecimiento, se aclaró- y desinfección de áreas específicas.
Asimismo, "se mantiene la disposición de no permitir visitas, a efectos de resguardar la salud de los internos y del personal carcelario", especificó el funcionario.