Un sencillo acto, marcado por la coyuntura impuesta por la pandemia de Covid-19, fue el emotivo punto de partida para un período que representa mucho más que un proceso agroindustrial: la zafra azucarera del ingenio Ledesma, un verdadero suceso que, literalmente, provoca alegría e instala cierto clima festivo en las comunidades de la región.
La ceremonia tuvo lugar este miércoles por la mañana en la planta ubicada en la ciudad de Libertador General San Martín, a 112 km al noreste de San Salvador de Jujuy, donde ejecutivos, gerentes y trabajadores presenciaron la primera volcada de caña en el trapiche, con lo que se dio oficialmente por iniciadas las labores.
En el marco de un nuevo escenario para todas las actividades industriales por la pandemia del coronavirus Covid-19, la compañía inició esta zafra azucarera con perspectivas de alcanzar una molienda de algo más de tres millones de toneladas de caña.
En efecto, de acuerdo con las previsiones de la empresa agroindustrial, para este año se calcula una molienda de 3.100.000 toneladas de caña de azúcar, menor a la de 2019 cuando se molió 3.700.000 toneladas, de las cuales tres millones fueron propias y 700.000 de cañeros independientes.
Ello permitió alcanzar una producción de azúcar física de 317.000 toneladas, según informó entonces.
"Este año será bastante particular por la circunstancias que se atraviesa con protocolos sanitarios en la fábrica, en el campo y con variaciones en los costos de producción, un panorama que complica a la hora de obtener rentabilidad", señalaron voceros de la empresa.
No obstante, para la comunidad ledesmense cada inicio de zafra es un verdadero acontecimiento -que este miércoles se reflejó intensamente en los medios de comunicación locales- en virtud de que gran parte de la actividad económica y productiva de la región guarda directa relación con el sector cañero y la industria azucarera y papelera que tiene epicentro en Ledesma.