Las fuerzas de seguridad de Francia efectuaron el jueves por la noche 310 detenciones vinculadas a las protestas tras la aprobación en la Asamblea Nacional de la reforma de las pensiones impulsada por el Gobierno, según un balance del Ministerio del Interior.
Miles de personas salieron a las calles de distintas ciudades después de que el Ejecutivo forzase la aprobación por decreto de la polémica reforma, en contra del criterio de la oposición política y de los sindicatos. Sólo en París, fueron arrestadas 258 personas, ha dicho el ministro Gérald Darmanin en una entrevista a RTL.
Se esperan paros
Darmanin ha agradecido la labor de policías y gendarmes frente a estas movilizaciones, que no serán las últimas. Los principales sindicatos ya han convocado para el próximo jueves una nueva jornada de paros --ya llevan organizadas ocho desde el mes de enero--.
“Espero que, si hay manifestaciones, se organicen en condiciones que sean conformes al Estado de Derecho”, ha señalado el ministro, al hacer balance de unas protestas que dejaron daños en instalaciones públicas y en las que hubo “una presión muy fuerte contra los símbolos del Estado”.
La decisión del Gobierno de recurrir al artículo 49.3 de la Constitución para evitar una votación sobre la reforma en la Cámara Baja ha abierto la puerta también a mociones de censura. La oposición por ahora no suma suficientes votos para tumbar al Ejecutivo de Elisabeth Borne, aunque puedan unirse como en otras ocasiones el principal grupo de izquierdas y la ultraderecha.
El portavoz del Gobierno, Gabriel Attal, se ha preguntado este viernes en LCI “cuál es la alternativa” al proyecto actual en caso de que prospere alguna de estas mociones y ha acusado al izquierdista Jean-Luc Mélenchon, antiguo candidato a la Presidencia, de buscar “la crisis permanente” en Francia.