Quizá polémico, quizá “natural”, lo cierto es que el accionar de este sacerdote italiano no pasó desapercibido: celebró una misa en el mar, sin sotana, y utilizando un colchón inflable como reemplazo de un altar.
Se trata de Mattia Bernascon, quien decidió llevar a cabo la celebración religiosa en las aguas del Mar Mediterráneo, debido a las altas temperaturas que azotan a Italia y a toda Europa por estos días.
Bernascon lideró la misa del domingo ante jóvenes voluntarios propios de la asociación antimafia Libera, la cual administra tierras confiscadas a la mafia. Pero este accionar fue duramente criticado por la arquidiócesis de Crotone.
Un colchón inflable: el altar improvisado
No solo causan extrañeza las imágenes de un sacerdote católico metido en el mar hasta la cintura, celebrando la misa sin sotana, con su pecho descubierto ante los fieles, sino que lo que más llamó la atención fue que el religioso decidió improvisar un altar, utilizando un colchón inflable.
Ante esto, y a través de una nota publicada en su página web, la arquidiócesis de Crotone, al sur del país italiano, fue muy dura con el sacerdote: “La celebración eucarística tiene un lenguaje particular, está hecho con gestos y símbolos que es justo respetar y valorar, no hay que renunciar a ellos con tanta superficialidad”.
Y luego completaron: “Es necesario mantener ese mínimo decoro y atención por los símbolos”.
Lo cierto es que Mattia Bernasconi consideró que celebrar la misa dentro del mar podía llegar a ser una idea revolucionaria y positiva, principalmente por los más de 40°C que azotan por estos días a la península itálica, lo que vuelve al clima muy difícil de soportar.
Por supuesto, este suceso no pasó desapercibido, y fue transmitido en vivo por varios medios de comunicación. Ante la repercusión que tuvo su accionar, el sacerdote debió enviar una carta a la arquidiócesis, explicando los motivos que lo llevaron a hacer eso.
“Fue simplemente una misa con la que se concluía una semana de trabajo con los jóvenes que participaron en el campamento”, explicó, y luego continuó: “Los símbolos son fuertes, es cierto, y son elocuentes. Hubo una cierta ingenuidad de mi parte en no darles el justo peso”.
A posteriori, el sacerdote pidió disculpas: “Pido humildes disculpas desde el fondo de mi corazón por la confusión causada por las imágenes divulgadas en los medios”.