En un principio la norma generó una grieta lingüística. Por este motivo la Real Academia Española decidió arrebatarle la tilde al adverbio “sólo”, el cual recuperó gracias a una rectificación tardía por parte del organismo rector de la lengua en castellano.
“Sólo” es el adverbio equivalente a “solamente” y desde ahora podrá estar acompañado de una tilde. En pocas palabras, será operativo como los pronombres demostrativos “éste”, “ése” y aquél”, con sus plurales y femeninos, los cuales también habrían sido víctimas del hurto de tildes. Además, no existen prohibiciones al respecto, su utilización quedará a consideración del usuario, a su juicio y riesgo de ambigüedad.
¿Una ambigüedad?
Se habla de ambigüedad cuando el recurso funciona única y exclusivamente como adjetivo derivado de soledad. Los pronombres con tilde dejan de llevarla también cuando acompañan a un sustantivo. Dicha novedad era reivindicada desde hace años por los académicos y escritores. En algunos casos se restaba nota por la utilización de la tilde, pero siempre estuvo a criterio del examinador.
El cambio de la norma
Hace 12 años la academia introdujo la recomendación general de que no se tildara la palabra. Pero esto no fue un dictamen para todos, por ejemplo Mario Vargas Llosa, Pere Gimgerres y Javier Marías continuaron acentuando el adverbio, acción que no solo se criticó sino que se prestó para confusiones.
Por otra parte, el escritor y académico Arturo Pérez-Reverte señaló a la agencia EFE su completo agrado por la novedad, además de asegurar que todos los académicos han estado de acuerdo en emplear esta formulación. En pocas palabras no destruye la formulación inicial pero da pie a un uso más razonable de la tilde en estos casos, queda completamente a criterio.