Entre las ruinas de un edificio de la ciudad de Antioquía, en la frontera con Siria, el equipo argentino de Cascos Blancos enviado a Turquía, rescató este miércoles a una mujer joven, una adolescente y un niño de unos 8 años.
El hecho ocurrió a 10 días del devastador terremoto de 7,8 grados que destruyó la zona. El grupo humanitario está conformado por 32 personas y dos perros de búsqueda. Se encuentran en la provincia de Hatay, la más castigada del país.
La misión está conformada por Cascos Blancos (perteneciente a la Agencia Argentina de Cooperación Internacional y Asistencia Humanitaria, dependiente de la Cancillería), personal de la Brigada USAR de la Policía Federal y miembros del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo (Sinagir). Los Cascos blancos argentinos rescataron 27 cadáveres en Antioquía.
Cascos Blancos es el organismo del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto encargado de diseñar y ejecutar la asistencia humanitaria. Desarrolla sus actividades a través de un modelo de trabajo basado en la cooperación, la solidaridad y la participación comunitaria.
Las tareas de rescate estuvieron coordinadas con miembros del equipo de la Autoridad de Manejo de Desastres y Emergencias de Turquía (AFAD). De acuerdo con la información que dio Cancillería, el sentimiento de los brigadistas argentinos es de “emoción y alegría en medio de la tragedia, que nos permite abrazarnos a la vida, la solidaridad y a la esperanza”.
Quienes son los cascos azules
Los Cascos azules son desde mayo de 1948 las Fuerzas de Paz de la Organización de Naciones Unidas. Su objetivo es mantener la paz en áreas de conflicto, así como también observar los procesos de paz y asistir a las partes contendientes en la implementación de tratados pacíficos.
A diferencia de los Cascos Blancos, los Cascos azules, responden al mandato directo del Consejo de Seguridad de la ONU y están formados por miembros de las fuerzas armadas y policiales de los países integrantes de las Naciones Unidas.
