Casi no hay familia que no esté por estos días organizando las cenas de Nochebuena y Fin de Año. Desde la definición de la casa en la que se hará la juntada, pasando por si la mesa se armará adentro o afuera, si se preparará comida caliente o fría, qué llevará cada uno, el horario de llegada, hasta el reparto de los regalos. Todo se está decidiendo o a punto de decidirse.
En ese marco –que no pocas veces genera rispideces entre los parientes–, el costo de los menús es un dato central en un año en el que la inflación terminará rozando el ciento por ciento, particularmente entre los alimentos y bebidas.
La Defensoría del Pueblo de la Provincia de Córdoba elaboró un informe dando cuenta de los costos que tendrán que afrontar las familias para el 24 y el 31, teniendo en cuenta diferentes menús: uno con pavita, otro con lechón, otro con asado y, finalmente, uno con pollo a la parrilla.
La diferencia de costos respecto de las Fiestas del año pasado va del 84 al 111 por ciento, casi en línea con el aumento general que han mostrado los alimentos y bebidas a lo largo de todo 2022.
En todos los casos, los cálculos se realizaron tomando en cuenta una mesa de seis comensales, incluyendo la carne, las bebidas para el brindis, el postre y la mesa dulce.
Menú 1. El primer menú incluye tres kilos de pavita, una botella de champán, otra de un espumante de frutilla, helado, un pan dulce con frutas, un budín inglés y confites de almendras con chocolate. El costo de esta preparación suma 14.654 pesos, un 106,4 por ciento más que en diciembre de 2021.
Menú 2. El segundo menú contempla tres kilos de lechón, las mismas bebidas para el brindis que el menú 1, helado de postre, y los mismos productos dulces para la sobremesa. En este caso, el costo total es algo menor, de 13.538 pesos, con una diferencia del 92,8 por ciento respecto del año anterior.
Menú 3. El menú que prevé la preparación de un asado (tres kilos), una botella de sidra, otra de ananá fizz, una lata de durazno al natural, un pan dulce con frutas, un budín y un turrón de maní cuesta este año 6.246 pesos, también para seis personas. En comparación con las Fiestas del año pasado, es un 84,33 por ciento más caro.
Menú 4. El cuarto menú, el más económico, preparando pollo a la parrilla, y sumando las mismas bebidas, postre y productos dulces que el menú 3, tiene un costo de 3.647 pesos, un 111,2 por ciento más que un año atrás.
A todos estos costos es necesario sumarles las guarniciones que acompañen al menú principal. Según el informe de la Defensoría del Pueblo, la preparación de papas fritas para seis personas cuesta hoy 445 pesos (173 por ciento más que el año anterior), mientras que una ensalada de papas, huevo y mayonesa demanda 736 pesos para el mismo número de comensales. Finalmente, una ensalada de lechuga y tomate sale 584 pesos.
También hay que contemplar el gasto en bebidas para la cena –gaseosas, vino, jugos, aguas saborizadas–, cuyo costo dependerá de las cantidades consumidas y de las marcas elegidas. Este gasto extra se ubicaría entre tres mil y siete mil pesos más.
Haciendo una estimación gruesa, y dependiendo del tipo de carne elegida, el costo promedio por persona para cada cena de fin de año ronda entre los 1.500 y los 2.500 pesos, incluyendo guarniciones, bebidas y sobremesa.
“Este año hemos detectado una clara reducción de las marcas disponibles de estos productos en los súper e hipermercados. A lo sumo, dos o tres marcas líderes, y, entre las más económicas, muy poca variedad”, destacó Verónica Fernández Lípari, coordinadora del Instituto de Estadísticas (Inedep) de la Defensoría del Pueblo.
“Asimismo –agregó–, hemos notado una alta dispersión de precios, tal como lo veníamos observando en el relevamiento de la canasta básica. En varios de estos productos, la diferencia de precios supera el 100 por ciento según el comercio”.
El asado, estable
Este año, uno de los datos más sobresalientes es la relativa estabilidad en el precio de las carnes, en especial los cortes vacunos. De hecho, de los cuatro menús contemplados en el informe de la Defensoría del Pueblo, el que incluye la preparación de un asado es el que menos subió respecto del año pasado.
En general, la carne bovina casi no ha subido de precio en la segunda mitad del año, contenida en buena medida por la buena oferta de animales en los mercados de hacienda. Es que muchos productores ganaderos han decido liquidar buena parte de sus stocks debido a la sequía imperante en buena parte del país, lo que ha restado alimento para los animales.
El cerdo y el pollo, en cambio, han aumentado casi en línea con la inflación de los alimentos y bebidas, aunque el achicamiento de la brecha con el precio de la carne de vaca les termina poniendo un techo a los ajustes.
Representantes del sector frigorífico advierten que, no obstante esta estabilidad de la carne, es posible que en poco tiempo los precios recuperen cierta senda alcista, al menos para ponerse a tono con la inflación general. Ello, por ahora –y por suerte–, todavía no ha sucedido.
Bebidas en alza
A diferencia de lo que viene sucediendo con las carnes, el precio de las bebidas se ha disparado en las últimas semanas.
Según el índice de precios al consumidor (IPC) del Indec, en noviembre las bebidas con alcohol encabezaron las subas de precios entre los alimentos, con un alza promedio del 6,3 por ciento.
Así, es muy difícil encontrar en las góndolas cervezas por debajo de los 300 pesos o vinos por menos de 500 pesos. El fernet de primera marca ya superó los 1.700 pesos, mientras que la sidra y el ananá fizz –típicos de esta época del año– se venden entre los 400 y 700 pesos.
Las gaseosas, en tanto, también experimentaron subas importantes. La botella no retornable de 2,25 litros de la gaseosa cola más reconocida ya supera los 400 pesos, mientras que una segunda marca ronda los 300 pesos.