Pensó que era un dolor de panza, pero le dieron el peor diagnóstico: cinco años después cambió su vida

Creía que tenía un fuerte dolor de panza, pero finalmente le dieron el peor pronóstico.

Pensó que era un dolor de panza, pero le dieron el peor diagnóstico: cinco años después cambió su vida
Creyó que le dolía la panza, pero era una dura enfermedad.

Lo que parecía una simple indigestión tras un asado familiar terminó siendo una de las noticias más duras de su vida. Matt Eamer, un hombre de 44 años oriundo de Surrey, Inglaterra, comenzó con fuertes dolores de panza que atribuyó a un chorizo en mal estado. Sin embargo, días después recibió un diagnóstico devastador: cáncer en etapa 4.

El diagnóstico que cambió todo

En septiembre de 2020, Matt había encendido la parrilla para celebrar el cumpleaños número dos de su hijo sin imaginar lo que vendría después. Tras intensificarse el dolor, acudió al médico y los estudios revelaron un gran bloqueo en su intestino. Luego descubrieron que el cáncer se había expandido al hígado y al peritoneo.

Los especialistas fueron claros: le quedaban meses de vida. El pronóstico era desolador y, en marzo de 2021, tuvo que someterse a quimioterapia y una cirugía mayor. “Me dijeron: estamos hablando de meses, no de años desde un punto de vista de supervivencia”, recordó.

Una respuesta inesperada

Cuando parecía que no había más alternativas, los médicos le propusieron iniciar un tratamiento experimental de inmunoterapia con Cetuximab y Emcorafenib. Contra todo pronóstico, su cuerpo tuvo una reacción inesperada y los tumores desaparecieron en pocos meses, según lo que difundió TN.

Hoy, cinco años después de aquel diagnóstico, los especialistas lo consideran un caso excepcional. Aunque sigue con infusiones quincenales, Matt asegura que cambió su forma de ver la vida. “Tu capacidad para estar presente y centrarte en lo que importa es mayor”, expresó.

Su prioridad ahora es su familia: “Paso más tiempo mirando las caras de mis hijos, llevándolos a un espectáculo o nadando en el mar. Nunca voy a saber cómo será realmente mi futuro, pero cada día cuenta”.

La experiencia le cambió su forma de mirar la vida.
La experiencia le cambió su forma de mirar la vida.