Este miércoles 2 de marzo Fernando Báez Sosa, el joven asesinado en 2020 a la salida de un boliche en Villa Gesell por un grupo de rugbiers, hubiera cumplido 21 años. Para recordarlo, sus padres Graciela Sosa y Silvino fueron a visitar sus restos en el cementerio de la Chacarita y reforzaron el pedido de Justicia.
“El mejor regalo para Fernando seria que se haga Justicia por él para que pueda descansar en paz de una vez”, consideró la mujer en diálogo con el portal Crónica. Sus palabras llegan después de que los ocho acusados por su asesinato fueron aceptados como “particulares damnificados” por la Cámara de Apelaciones de la ciudad de Dolores, en una causa contra la fiscal Verónica Zamboni.
El abogado defensor de los rugbiers, Hugo Tomei, presentó la denuncia contra la fiscal que intervino en la causa por “por presunta falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad”. Mientras los acusados por la muerte de Báez Sosa se encuentran detenidos a la espera del juicio que comenzará en enero del 2023, a casi tres años del crimen.
Este es el tercer cumpleaños que la familia pasa sin el joven. “Es muy doloroso, estar acá y que el no esté. Me cuesta dormir, entonces me fui a su habitación y le preguntaba porque, porque nos pasó esto. Siento que la vida ya no tiene sentido”, contó su madre angustiada.
En ese sentido reveló que con el paso del tiempo el dolor por la pérdida de su hijo crece cada vez más: “Me hubiera gustado poder estar con él, pero sé que es imposible, entonces empecé a rezar y le canté que los cumplas muy feliz”. Y detalló que en el cementerio ella y su esposo le hablaron a la tumba de su hijo: “Cada uno le habló a Fernando, y recordamos con amor todos los momentos vividos”.
“Fernando estaba recién empezando a volar. Tenía mil proyectos, hasta que en su camino se cruzaron unos asesinos que se creen muy poderosos, y decidieron sacarle la vida. Hoy hubiera estado muy feliz con mi hijo, como siempre lo hemos sido. Por eso, pido justicia ejemplar por Fernando”, concluyó Graciela.