Con la llegada del invierno y las bajas temperaturas, muchas familias en Argentina buscan alternativas para mantener sus hogares cálidos sin que las boletas de luz y gas se disparen.
Mientras que las estufas tradicionales siguen siendo una opción común, en países como Suecia —donde el frío puede superar los -30°C— han desarrollado un sistema eficaz, económico y sustentable para calefaccionar sin gastar de más.
Cómo hacen los suecos para no pasar frío en casa
El secreto del “método sueco” está en el aislamiento térmico y en cómo están construidas sus viviendas. Inspirados en el modelo de “casas pasivas” o Passivhaus, los hogares en Suecia priorizan la eficiencia energética mediante paredes, techos y pisos con un alto nivel de aislamiento, estructuras casi herméticas y ventanas con triple vidrio.

Gracias a esto, el calor no se escapa, y el frío del exterior no penetra fácilmente. Así, se mantiene una temperatura interior estable con un gasto mínimo de energía.
Ventanas y puertas que ayudan a conservar el calor
Otro elemento clave son las aberturas: los marcos están diseñados especialmente para evitar filtraciones y los vidrios permiten el paso de la luz solar, pero conservan el calor dentro del hogar. Esto se traduce en menos necesidad de calefacción artificial, lo que a su vez implica un ahorro significativo en el consumo eléctrico y de gas.
Alternativas económicas: bombas de calor y buenos hábitos
Además del diseño de las viviendas, en Suecia es cada vez más común el uso de bombas de calor, que reemplazan a los radiadores clásicos. Estos dispositivos consumen poca electricidad, funcionan incluso con temperaturas exteriores muy bajas y pueden mantener un ambiente cálido por encima de los 20°C.
Junto con las mejoras en infraestructura, se promueven hábitos inteligentes: mantener la calefacción a una temperatura moderada, colocar burletes en puertas y ventanas, reforzar techos y pisos, y aprovechar al máximo la luz solar durante el día.
Cómo aplicar el método sueco en Argentina
Si bien no todas las casas en Argentina están construidas bajo el modelo Passivhaus, se pueden tomar varias ideas útiles:
- Instalar burletes y selladores en ventanas y puertas.
- Colocar cortinas térmicas o aislantes.
- Invertir en un buen aislamiento del techo, ya que por allí se pierde gran parte del calor.
- Evaluar el uso de bombas de calor para reemplazar estufas eléctricas o a gas.
Con pequeñas mejoras estructurales y hábitos diarios, es posible lograr un ambiente cálido, confortable y con menor impacto en las facturas. El modelo sueco lo demuestra: no hace falta gastar una fortuna para pasar un invierno sin frío.