La vuelta a clases para los quintos años de la secundaria se vive con muchísima más emoción. Este 27 de febrero es el último primer día de clases para todos ellos. Ya no habrá otro año en el cual tengan que volver a la secundaria. No habrá más preparativos de mochila, carpetas y señaladores. Quienes decidan (y puedan) seguir estudiando, entrarán a la Universidad o a un terciario. Esta es su despedida con la secundaria.
A este momento los estudiantes secundarios le pusieron un nombre: UPD (Último Primer Día). Se preparan para este “ritual” desde hace semana. Compraron ropa o decoraron sus uniformes. Fueron a un cotillón y se llevaron todo lo que estuvo al alcance de su billetera: espuma, papel picado, bengalas de colores. Consiguieron bombos y cornetas. Y prepararon sus canciones. No van a pasar desapercibidos, una hora antes del inicio de clases, van a encontrarse todos en la puerta del colegio para celebrar.
Pero el “UPD” no empieza a la mañana. La noche anterior también se planifica.
Hay quienes se juntan a cenar en alguna casa, van a un bar, alquilan un galpón o boliche entre todos para pasar toda la noche juntos haciendo tiempo hasta el otro día. A veces arrancan las clases sin dormir, mientras que hay quienes cortan la noche durmiendo alguna siesta de pocas horas.
Desde el Injuve (Instituto de la Juventud) que depende del Estado, publicaron recomendaciones para que los jóvenes puedan pasarla bien entre ellos, pero también saber como cuidarse. Es que muchas veces frente al miedo de la sociedad a que los más chicos consuman alcohol, marihuana o sustancias psicoactivas, se genera un “tabú” o “prohibición” que no da herramientas para que los estudiantes secundarios sepan como manejarse en distintas situaciones y fundamentalmente, puedan decidir tanto por si o por no.
Los tips para cuidarse y pasarla bien en el UPD
Desde el Injuve alertan que es mejor no consumir alcohol, ya que “puede afectar la capacidad para pensar, hablar y moverse”. Pero “si lo van a hacer igual” explican que para cuidarse es muy importante:
- Comer antes (y durante) la ingesta
- Tomar despacio e intercalar con mucha agua (ya que el alcohol desidrata)
- No mezclar distintas bebidas alcohólicas, como tampoco intercalar con energizantes, ya que los riesgos aumentan al ser la primera una sustancia depresora y la segunda una estimulante.
- Reconocen los límites propios y respetar los límites del resto
- Contar siempre con el consentimiento de la otra persona a la hora de arrancar “cualquier cosa que hagamos”.