El Parque Nacional Iguazú atraviesa días de especial relevancia para la biodiversidad: comenzaron a observarse las primeras crías de coatí (Nasua nasua), una de las especies más emblemáticas del Área Cataratas. Aunque los nacimientos suelen concentrarse entre marzo y abril, este año también se registraron ejemplares a finales de noviembre, un adelantamiento inusual dentro de los patrones reproductivos conocidos.
Las imágenes fueron captadas por un guía local y confirmadas por especialistas, quienes estiman que las crías observadas tienen alrededor de un mes de vida.
Un ciclo reproductivo breve y altamente estacional
Los coatíes presentan una temporada reproductiva corta, de 3 a 4 semanas. La gestación dura entre 74 y 77 días y cada hembra puede tener entre 1 y 7 crías. En situaciones excepcionales, si una camada muere en los primeros días, la madre puede producir otra dentro de la misma temporada.
Durante este período, las hembras se aíslan del grupo y construyen nidos elevados en árboles o barrancas, donde permanecen entre 5 y 6 semanas con sus crías completamente ocultas para evitar depredadores y el contacto humano. Por este motivo noviembre es un mes en el que rara vez se producen avistamientos, ya que coincide con el nacimiento y el resguardo. Recién en diciembre las pequeñas comienzan a caminar y aparecen en zonas abiertas del parque.
Registros del Parque Nacional Iguazú indican que la reproducción se extiende entre octubre y febrero, con nacimientos mayoritarios entre marzo y abril, aunque algunos años —como el actual— sorprenden con camadas anticipadas.
Investigación sobre el impacto humano
Investigadores del IMiBio y del proyecto de carnívoros silvestres del norte de Misiones realizaron recientemente una campaña de muestreo para evaluar cómo influyen el contacto humano y el consumo de alimentos procesados en la salud de los coatíes que habitan zonas turísticas. Para ello se tomaron muestras en la Fundación Reserva Koa y se las comparará con registros previos del Parque Nacional Iguazú.
El trabajo científico cuenta con el apoyo de diversas reservas privadas de la región, que facilitan el acceso al territorio y contribuyen a la conservación de la fauna misionera.
Recomendaciones: observar sin intervenir
Ante el aumento de avistamientos en senderos, las autoridades reiteran que no debe tocarse, acercarse ni alimentar a los coatíes. El contacto humano modifica sus comportamientos naturales, genera dependencia alimentaria, incrementa riesgos sanitarios y puede derivar en accidentes para la fauna y para los turistas.
La observación responsable debe realizarse siempre a distancia, permitiendo que las madres se desplacen con sus crías sin estrés y preservando el equilibrio ecológico del área protegida.
Fuente: La Voz de Cataratas

































