Organizaciones ambientales y civiles se encuentran movilizados ante la posibilidad de la reapertura y pavimentación de un camino que atraviesa el Parque Nacional do Iguazú, en Brasil, ante el impacto que provocaría a la ‘mata atlántica’ o selva paranaense, espacio comparten los pueblos de Paraguay, Argentina y Brasil y del que depende la conservación del agua, entre otros importantes bienes naturales.
Desde Misiones, personas en lucha por el medio ambiente se suman al rechazo y al debate que está generando en Brasil. De concretarse perjudicaría a reservas brasileñas y de Misiones.
En el país vecino, el Congreso nacional tratará el proyecto de ley 061/13 que, de aprobarse, habilitaría el paso de vehículos por dentro del área protegida, que es rica en especies de plantas y animales.
Por su importancia, el parque fue designado en 1986, como Patrimonio de la Humanidad. Tal designación impulsó, ese mismo año, que la Fiscalía Federal de Brasil presente una demanda civil para cerrar la carretera. Ello ocurrió al año siguiente y luego, por disposición de un juez federal, se mantuvo cerrado hasta ahora.
Pero a través de un proyecto de ley en análisis, se impulsa la reapertura y la construcción de una carretera, argumentando que sería una solución, a fin de trasladar bienes y productos hacia el estado de Paraná, donde se encuentra asentada la reserva.
Ayer, desde Misiones, el Frente Ciudadano Ambiental Kaapuera reiteró su apoyo -como ya hizo hace un año- a las organizaciones ambientales y civiles que se oponen a la reapertura de la Estrada do Colono por dentro del Parque Nacional do Iguazú, en el vecino territorio brasileño. Los ambientalistas locales repudian dicho proyecto de ley, al considerar que representaría la fragmentación de la ya frágil mata atlántica o selva paranaense.
“La reapertura de la Estrada do Colono en el corazón del parque es un crimen ambiental gravísimo e imperdonable, sostienen acertadamente quienes resisten este atropello a la vida, que además es un acto insensato ya que daña un ecosistema que protege y genera agua”, sostuvo Rulo Bregagnolo, de Kaapuera.
Las Cataratas del Iguazú, compartidas por los parques Iguazú de Argentina y Brasil, son Patrimonio Natural de la Humanidad, declarado por la Unesco, y ambas áreas protegidas, junto a otras ubicadas en Misiones, son parte del Corredor Verde de Mata Atlántica, el último remanente continuo de este bioma en el mundo.
“La reapertura del camino dentro del parque brasileño es una herida y suma a la fragmentación de la selva, lo que repercute en todo este territorio. No hay que olvidar que, por ejemplo, los ciudadanos de ambos países y del Paraguay compartimos los ríos, o sea la actividad que realicen en otros territorios impacta decididamente en los bienes que utilizamos y necesitamos los misioneros”, explicó Bregagnolo.
Claudio Salvador, por su parte, advirtió sobre la importancia del bioma para los pueblos originarios: “El Parque Iguazú, en Brasil o en Argentina, es parte de la selva interminable de la gran Nación Guaraní. Cuidarlo es cuidar a estos pueblos naciones, pueblos sin límites fronterizos, y por eso el compromiso es común entre quienes habitamos la región”.
Fuente: El Territorio